Muchas veces actuamos de acuerdo a creencias que, estamos convencidos, son ciertas. Y no hablamos de religión o cuestiones de fe. Sino de aquellas creencias populares que se han arraigado tan profundamente en nuestra conciencia que nos parecen verdades científicas.

Sin embargo, están lejos de estar avaladas por la ciencia, y es un buen momento para que lo sepas.

1. “No hay que despertar a un sonámbulo”

Se cree comúnmente que despertar a un sonámbulo le hará muy mal, quizá la creencia apunta a que se quedarán así para siempre.

Sin embargo, un sonámbulo que se despierte de golpe sólo se sentirá perdido por unos minutos. En cambio, si se lo deja hacer para no despertarlo, puede hacerse verdadero daño. Por eso, los médicos aseguran que lo mejor es despertarlos cuando haga falta.

2. “No puedes nadar si no has hecho la digestión”

Esta creencia se ha pasado de generación en generación y en realidad, no se conoce su origen. Lo que sí se sabe es que es un mito o, como mínimo, una verdad a medias.

El cuerpo está perfectamente preparado para bombear sangre a todo el cuerpo, incluso durante la digestión. Es verdad que en este momento hay más sangre concentrada en el estómago, pero eso no quiere decir que tus músculos vayan a acalambrarse a la primera brazada, como muchos creen.

Ahora sí, es cierto que las comidas demasiado copiosas y grasosas (como hamburguesas, por ejemplo), generan una digestión mucho más lenta y pesada. Eso hará que tu respiración sea más corta, y puede faltarte el aliento al nadar. Incluso, puedes sentir ganas de vomitar por el esfuerzo.

Entonces la respuesta es: no vas a morir por nadar después de comer pero si has comido en grandes cantidades, sí es mejor esperar un rato.

3. “Si comes mucha zanahoria mejorará tu vista”

En realidad, como sabes,la alimentación influye muchísimo en la salud. Y la zanahoria es rica en vitamina A, que es buena para la salud ocular.

Sin embargo, es un mito que comer mucha zanahoria te ayudará a ver mejor. Esta creencia popular proviene de la Segunda Guerra Mundial. Un capitán conocido como “ojo de gato” estaba, en ese momento, probando un radar secreto, por lo cual luchaba por la noche como si pudiera ver.

Como explicación a esta rareza, se creó el rumor de que John Cunningham podía ver en la oscuridad y que era gracias a que comía mucha zanahoria.

4. “El alcohol te mantiene caliente”

Es una conocida creencia que tomar alcohol es una buena manera de calentarse en épocas muy frías. Tiene sentido que se crea eso, puesto que un shot de una bebida fuerte da esa sensación de calor atravesando el cuerpo que puede ser reconfortante.

Además, como las bebidas alcohólicas dilatan los vasos sanguíneos cerca de la piel, momentáneamente da la sensación de habernos calentado.

Sin embargo, es justamente eso: sólo una sensación. En realidad, la bebida no sube la temperatura corporal, y hasta puede producir el efecto inverso.

5. “Las vacunas causan autismo”

Algunas investigaciones fraudulentas crearon este mito, que es creído por mucha gente. Es, sin embargo, una creencia muy peligrosa, puesto que no vacunar a los niños puede poner en riesgo su vida.

Innumerables investigaciones han demostrado que esto no es más que una mentira que hay que erradicar del imaginario colectivo.

6. “El café deshidrata

Esto no es real. El efecto diurético del café está dando por la cantidad de agua que contiene. Por lo tanto, no hay que preocuparse de deshidratarse por una taza de café.

Eso sí: por más que sea una bebida, el café no reemplaza al agua como medio de hidratación. Por eso, no importa cuánto café tomes, nunca debe ser el reemplazo de tu dosis de agua diaria.

7. “Los productos integrales tienen menos calorías y no engordan”

Cualquier dieta seguramente hará gran hincapié en reducir las harinas refinadas y cambiarlas por integrales. Pero esto se puede tomar erróneamente como que los alimentos integrales no tienen calorías.

En realidad, no es que tengan menos calorías. Pero son mucho más nutritivos y, por su alto contenido en fibra, dan más saciedad y se digieren mejor. Entonces, se come menos y se eliminan más fácil y, como resultado, engordan menos.

Pero como cualquier otro alimento, consumido en exceso te hará engordar.

Fuentes

Muy interesante