Aproximadamente unas 160 especies de algas pueden ser utilizadas para cocinar, pero no todas son fáciles de conseguir. Las más utilizadas en la cocina son las algas nori, el kombu, wakame y el alga dulse.

Su consumo tiene múltiples beneficios y son un ingrediente muy versátil. Sin embargo, no son comunes en la cocina, por lo que incorporarlas a la dieta puede parecer todo un desafío. Aquí te compartimos algunos consejos que te ayudarán a lograrlo.

¿Cómo se clasifican?

La manera más sencilla de clasificar las algas es de acuerdo a su color. De ese modo, encontramos algas verdes, marrones y rojas. Las verdes son las que suelen crecer cerca de la superficie del mar, por ejemplo, la lechuga de mar.

Las marrones son de aguas de profundidad intermedia, por ejemplo, el kombu o el wakame. En cambio, en aguas de mayor profundidad crecen las algas rojas, como el alga nori, famosa por usarse en la preparación de sushi.

a tener en cuenta

Antes de ponernos a experimentar en la cocina, es importante tener en cuenta algunos aspectos. El primero de ellos es que no necesitamos usar grandes cantidades de algas, puesto que son alimentos altamente concentrados en nutrientes y sabor, por lo que una pequeña cantidad es suficiente. Si el sabor del alga pura nos resulta demasiado intenso, podemos triturarla deshidratada y usarlas como especia.

Por otro lado, debes saber que prácticamente todas las algas que se ofrecen en el mercado son cultivadas, por lo que no se corre el peligro de ingerir sustancias nocivas para la salud. Por ejemplo, las algas fucus, kombu, wakame, arame y nori son seguras por su muy bajo aporte de arsénico. Sin embargo, dado su gran contenido de yodo, no se recomienda su consumo en caso de padecer hipertiroidismo.

wakame

¿Dónde las podemos comprar?

Las algas se comercializan frescas, deshidratadas o en polvo, en herboristerías, negocios de comida gourmet, ecológica o vegana o bien en dietéticas grandes.

Usos culinarios

Si vamos a consumir algas frescas, primero debemos ponerlas en remojo para quitar el exceso de sal y yodo, cambiando el agua tres veces para luego ponerlas a hervir. Finalmente, debemos escurrirlas y así ya quedan listas para usarse.

Las algas deshidratadas se pueden añadir directamente a la preparación que incluya un medio líquido, como una sopa, un caldo o un guiso. Para otro tipo de platos, como ensaladas, deben primero hidratarse en agua fría. En este caso, resulta ideal usar pequeñas cantidades de lechuga de mar, dulse, arame o wakame o algas nori.

Para hacer rollitos de arroz, debemos cortar láminas de algas nori en cuadrados y tostar unos segundos en una sartén, a fuego lento y sin aceite. Luego, hacemos bolitas de arroz y cubrimos cada una por arriba y por abajo con cuadraditos del alga tostada. Para terminar pegamos bien y con la mano le damos la forma redonda.

El agar agar, por ejemplo, es usado como reemplazo de la gelatina en recetas vegetarianas, ya que tiene propiedades espesantes o gelificantes. Resulta ideal para elaborar mermeladas, compotas, tartas de fruta, etc.

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