Estos caramelos son ideales para tener a mano cuando se presente alguna molestia. Pueden ser utilizados como una alternativa medicinal natural y una buena opción para que los más pequeños consuman hierbas beneficiosas para su salud.

Algunos consejos antes de empezar

A la hora de preparar caramelos con hierbas medicinales, lo mejor que puedes hacer es experimentar. Préstale atención a tus sentidos: siente las hierbas en tus manos, huélelas y saboréalas. Como son tan distintas unas de otras, estas cualidades serán fundamentales para obtener unos dulces sabrosos.

Las hierbas pueden conseguirse frescas o disecadas. Dependerá de cada variedad lo que sea mejor para cada tipo de dulce. A pesar de que la mayoría de ellas son muy sabrosas, necesitarás usar cantidades bastante abundantes para darle gusto a los caramelos. Machácalas, pícalas y prepara infusiones bien concentradas para aprovechar sus cualidades aromáticas.

En cualquier caso, siempre es aconsejable optar por hierbas orgánicas. Si puedes extraerlas de tu jardín, mejor aun. Lo mismo sucede con el azúcar. evita las variedades refinadas. Todo esto ayudará a que tus caramelos sean más saludables.

Ten en cuenta que el caramelo caliente alcanza temperaturas muy elevadas.  Deberás tener muchísimo cuidado al manipularlo para evitar quemaduras. No es un procedimiento que puedas realizar con niños. 

Caramelos de salvia para el dolor de garganta

Ingredientes

- 10 ramitos de salvia fresca o 5 gr de salvia desecada
- 100 gr de azúcar

Preparación

1. Enjuaga la salvia fresca con agua fría. Luego, sécala dándole toquecitos con papel de cocina. Cuando estén secas, separa las hojas de los tallos. Con un cuchillo bien afilado, pica las hojas tan chiquitas como puedas.

Si optaste por utilizar salvia desecada, no la enjuagues. Muélela en un mortero.

2. En una olla pequeña, derrite el azúcar a fuego bajo, revolviendo constantemente con una cuchara de madera hasta que se vea ligeramente dorado. Cuando esto suceda, incorpora la salvia. Revuelve un poco más para distribuirla bien. Luego, retira la olla del fuego.

Advertencia: el líquido presente en las hojas de salvia fresca hará que la preparación crepite. Se formarán burbujas y salpicará.

3. Cubre una bandeja para horno con papel encerado. Introduce una cuchara de madera en la olla y deja caer gotas del tamaño de un caramelo sobre el papel. Si no te gusta la forma en la que quedan, deja que se enfríen un poco y amásalas con tus manos para formar bolitas. Ten mucho cuidado antes de tocar la preparación. El caramelo caliente alcanza temperaturas superiores a la del agua hirviendo.

Cuando te duela la garganta, disuelve en tu boca uno de estos caramelos varias veces al día. Puedes almacenarlos en un recipiente hermético por hasta un año.

Caramelos de jengibre para los malestares estomacales

Ingredientes

- 2 tazas de agua
- 1/4 de taza de raíz de jengibre rallado
- 3/4 de taza de azúcar orgánico o azúcar moreno
- 1/4 de taza de miel

Preparación

1. Ralla la raíz de jengibre, colócala en una taza medidora y aplástala con una cuchara. Necesitarás el equivalente a un cuarto de taza.

2. Vierte el jengibre rallado en una olla con dos tazas de agua y hiérvelo a fuego lento hasta que la mitad del líquido se evapore. Esto tomará aproximadamente 30 minutos. Una vez que esto suceda, cuela el jengibre y reserva una taza del líquido de decocción.

3. Unta una bandeja pequeña –de alrededor de 17 x 10 cm- con aceite de coco. Forra su interior con papel encerado y úntalo con el mismo aceite. 

4. Vierte el agua de la de cocción del jengibre en una olla grande y limpia y llévala a fuego fuerte. Agrega el azúcar y la miel.

Observa en la imagen los distintos estados por los que irá pasando la preparación. Cuando alcance el estado de la tercera imagen, deberás empezar a probar si está lista. Si tienes un termómetro para caramelo te resultará muy sencillo, simplemente necesitas que alcance 148°C. En caso contrario, deberás tomar una cucharadita de té del caramelo y dejarlo caer en un recipiente lleno con agua bien fría –sin hielo-. Estará listo cuando, al entrar en contacto con el agua, se forme una bola rígida. Al tomarla entre tus dedos, debes sentirla dura pero al mismo tiempo poder moldearla al hacer presión.


5. Cuando el caramelo esté listo, viértelo en la bandeja y déjalo reposar por 30 minutos. Al cabo de este tiempo, voltea la bandeja y quita el papel encerado.

6. Si no logras desmoldar el caramelo, sepáralo en trocitos con un cuchara. Te dará un poco más de trabajo, pero el resultado final no será demasiado distinto. Si lograste desmoldarlo, unta un cuchillo con aceite de coco o pásalo por agua caliente y úsalo para cortar el caramelo en cubitos. Puedes almacenarlos por cuatro o seis semanas, incluso un poco más si los guardas en el refrigerador.

Come un caramelo antes o después de comer para que te ayude a hacer mejor la digestión. Si tienes náuseas, te mareaste en un viaje en automóvil o tienes dolores estomacales, come dos caramelos cada dos o cuatro horas.

Cómo preparar caramelos con infusiones de hierbas

Ingredientes

Caramelos para la tos
- 1 cucharada de tomillo
- 1 cucharada de eucalipto
- 1 cucharada de salvia
- 1 cucharada de jengibre
- 1 cucharada de romero
- 1/2 taza de azúcar
- 1/3 taza de jarabe de maíz
- 1 taza de agua

Caramelos para fortalecer las defensas
- 1 cucharada de equinácea
- 1 cucharada de eucalipto
- 1 cucharada de jengibre
- 1/2 taza de azúcar
- 1/3 taza de jarabe de maíz
- 1 taza de agua

Caramelos digestivos
- 1 cucharada de manzanilla
- 1 cucharada de hierbabuena
- 1 cucharada de hinojo
- 1 cucharada de diente de león
- 1 cucharada de jengibre
- 1/2 taza de azúcar
- 1/3 taza de jarabe de maíz ligero
- 1 taza de agua

1. Coloca una taza de agua en una olla y llévala a fuego fuerte hasta que hierva. Cuando esto suceda, agrega las hierbas. Deja que la preparación hierva durante 10 minutos más para que la infusión se concentre. Al cabo de este tiempo, apaga el fuego y deja que el líquido repose por tres minutos más.

2. Cuela el té que preparaste en el paso anterior y, al líquido resultante, agrégale el azúcar y el jarabe de maíz. Lleva esta mezcla a fuego suave hasta que el azúcar se diluya y comience a hervir. Deja que siga hirviendo, sin mezclar, hasta que comience a cristalizarse. Sin embargo, no debe endurecerse por completo. Cuando esto ocurra, apaga el fuego.

3. Con una cuchara, distribuye la preparación sobre una bandeja untada con aceite o manteca. Corta la placa en cubitos antes de que se enfríe por completo. También puedes usar moldes para caramelos duros.

4. Cuando los caramelos estén duros y fríos, estarán listos para ser consumidos.

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