Luego de un cierto tiempo de uso, las esponjas acumulan suciedad y bacterias. Algunas personas piensan que al calentarlas las desinfectarán. Pero, ¿el calor acaba con las bacterias? Pues no con todas, y este estudio demuestra por qué ésta es la peor idea que se te puede ocurrir.

Los microscópicos habitantes que se establecen en la esponja no mueren del todo al ser expuestos al calor, afirma un estudio publicado en Scientific Reports. Tal vez los más débiles perezcan, pero los que están más desarrollados sobrevivirán, se reproducirán y tomarán el lugar que los anteriores dejaron vacante.

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El hecho de que las esponjas de cocina estén tan llenas de bacterias se debe a que entran en contacto con casi todo: nuestra piel, comida, platos sucios y otros agentes exteriores. Las esponjas les resultan una gran vivienda de bacterias por su calor y humedad.

En la Universidad de Furtwangen, Alemania, el científico Markus Egert y su equipo analizaron el ADN y ARN de unas catorce esponjas de cocina que habían sido usadas tan cotidianamente como cualquier otra y, encontraron 362 especies de bacterias que las habitaban.

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Se trata de la misma densidad de bacterias que se encuentra en muestras de heces humanas. Probablemente no hay ningún otro lugar en la Tierra con tan alta densidad bacteriana”, dijo Egert.

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Un microbio que llamó la atención de los expertos fue el Moraxella osloensis, que se encuentra en casi todos los rincones de la naturaleza y la piel humana. El Moraxella causa infecciones en las personas con sistemas inmunitarios débiles. Para tener una idea de lo común que es, este microbio es el responsable del mal olor en la ropa sucia. Todos somos potenciales portadores.

Calentarlo en el microondas lo empeora todo, según Egert. De este modo, las bacterias se vuelven más resistentes, incluso a los antibióticos. Lo más recomendable sería cambiar de esponja cada semana más o menos. En su defecto, se puede lavar en la lavadora con jabón en polvo y cloro.

Ahora soy un experto en limpiar esponjas”, dijo Egert, quien quiere comparar los métodos desinfectantes en un estudio posterior para aclarar cuál es el mejor para limpiarlas. Hasta entonces, lo mejor será que dejemos de calentarlas.