Nota por: Martina Álvarez
Instagram: @martinaalvareez

Pocas cosas dan más adrenalina que la sensación de ir descendiendo bajo el mar con linterna en mano, hasta alcanzar unos 20 metros, para ver un barco hundido. Es una mezcla de respeto por la historia del barco y fascinación por la vida que hay en él.

Especialmente, si el barco es grande, uno puede comparar la dimensión de éste con la propia. Ante tal inmensidad, los ojos se abren bien grandes y comienzas a jugar desafiando las leyes de la gravedad. Los buceadores suelen pasearse de arriba hacia abajo explorando, calculando cómo entrar por alguna ventana, flotando, dando vueltas a la proa y recorriendo los pasillos que ahora son submarinos.

Los amantes del océano, cuando los observamos, no vemos solo ruinas, vemos un ecosistema, ya que en ellos pueden habitar desde grandes tiburones hasta pequeños cangrejos flecha. Son museos vivientes, que después de unos años pasaron a decorarse por corales, anémonas y hoy dan hogar a cientos de peces.

Cada barco bajo el agua es único con sus historias y leyendas. Varios fueron embarcaciones de guerras pasadas o contrabandistas; en otros casos,  se los hundió a propósito para promover el crecimiento de vida marina y el turismo.

Algunos de ellos son:

1. Sea Tiger. Oahu (Hawaii)

Inicialmente este barco fue detenido con 93 inmigrantes ilegales chinos, y confiscado. Se limpió y hundió para generar un arrecife artificial en 1999. En él hay gran variedad de vida, incluyendo anguilas, tortugas, tiburones y rayas. Hoy se encuentra a un corto trayecto en barco desde la playa de Waikiki.

2. Hermes (Bermudas)

Bermuda es conocida como la ¨Capital del Naufragio¨ por contar con más de 300 hundimientos.Éste fue un barco de la Segunda Guerra Mundial que se hundió en 1984 mientras estaba en camino a Islas de Cabo Verde. Es amado por los fotógrafos por estar intacto y tener el mástil completamente iluminado por el sol. Se encuentra a solo metros de la superficie. 

3. Misty Wind (Bocas del Toro, Panamá)

Este trimarán fue hundido hace tres años con el propósito de generar un arrecife artificial. Se encuentra entre los 12 y 17 metros de profundidad. Hoy cuenta con una gran cantidad de vida. Escuelas de jacks, pargos, cangrejos, pez león y ocasionalmente, barracudas. Debajo de él, suele dormir un tiburón nodriza al cual los locales llaman amistosamente “Betsy”.

4. Halliburton (Utila, Honduras)

Las aguas que lo rodean son muy claras, esto hace que pueda apreciarse con sus 30 metros de largo a la perfección. Hundido en 1998, hoy el Halliburton se encuentra cubierto de almejas y coral y es conocido por estar rodeado de cientos de escuelas de peces y dar albergue a una Morena verde ¨gigante¨, según dicen los turistas. Profesionales del buceo tienen el ritual de dejarle regalos al barco a modo de homenaje debido a su imponencia.

5. Oriskany (Florida)

Fue un portaaviones de la Armada de los Estados Unidos y hoy genera el arrecife artificial más grande del mundo. Se hundió artificialmente en el 2006 después de mucha revisión ambiental y saneamiento para eliminar las sustancias tóxicas. Debido a su inmensidad, no puede conocerse en una sola inmersión.

Cuando un barco se hunde no siempre quedan solo restos, a veces el océano lo transforma en algo grandioso. 

Algunos pueden verse con un tubo de snorkel desde la superficie, otros solo se disfrutan con un tanque de buceo. Para poder ingresar dentro de estos naufragios se requiere una especialización, sin embargo hasta los buzos más expertos se obsesionan y sorprenden con su magia. Son muchos los que viajan buscándolos en el océano.

En los casos en que el hundimiento no sucede por accidente, es importante limpiarlos antes para que no contaminen y tomar precauciones sobre dónde va a realizarse esta actividad de manera que no dañe el océano. Tampoco debería abusarse de esto.

Es absolutamente mágico observar cómo la naturaleza puede utilizar los restos de un barco y, con sus fuerzas y energías, hacer de esto el hogar de cientos de animales acuáticos. Debido a la contaminación y el calentamiento global, los océanos jamás han estado en mayor peligro, sin embargo ellos continúan defendiéndose y reinventándose transformando errores humanos en la oportunidad de generar vida.