En estos tiempos líquidos, donde a las palabras parece que se las lleva el viento, el valor de los compromisos que asumimos como personas parece estar muchas veces cuestionado.

La palabra, entendida como aquel concepto de “palabra de honor”, representa un pilar filosofal sumamente importante en la integridad humana. Se trata de tu credibilidad. La persona que no es capaz de asumir la responsabilidad que conlleva, está destinada a una vida sin destino, con una liviandad tal que lo convierte en alguien de poco fiar.

La pregunta es: ¿cuánto vale tu palabra? ¿Te haces 100% responsable de todo lo que dices? ¿Asumes las consecuencias del valor de tu palabra? ¿La haces importante?

Y, más allá de eso, ¿honras en tus palabras, los compromisos ante ti y ante los demás?

Promesas rotas: el pasaporte a la infelicidad

Muchas personas se quejan de la falta de compromiso y de responsabilidad. Sin embargo, se niegan a analizar profundamente su propia vida, sus elecciones y decisiones cotidianas; incluso aquellas tan sencillas, que sería difícil no poder sostenerlas.

Esta laxitud en el asumir la responsabilidad individual los lleva tener un pasaje por la vida a veces errático, poco confiable y nada ético.

Lo que frecuentemente no se toma en cuenta es que el compromiso es con uno mismo, además de hacerlo con los demás.

Al ser lábiles y escurridizos con las promesas y acuerdos que declaman, estas personas van resintiendo no sólo las relaciones sociales de todo tipo, sino su propia auto estima.

Cada vez que dices que vas a hacer algo, y no lo cumples, tu autoestima baja. El inconsciente juega siempre a tu favor: si le fallas, interpreta que es “justamente eso” lo que quieres para ti, y por eso, te devuelve más de “eso”, por más que sea exactamente lo contrario a tu deseo y anhelo.

Haz importante cada "sí" que digas

Cuando asumas un compromiso, mantenlo hasta las últimas instancias.

Si no vas a poder cumplirlo, renegocia, pacta otra cosa o lo que sea verdad para ti. Como verás, la gran clave es la responsabilidad personal. Si asumes esto como algo trivial, sin importancia, tu vida dará un giro negativo que impactará no sólo en las otras personas dañadas por tu accionar, sino en tu estima personal y tu auto imagen.

El decir que “sí” es tan importante como firmar un pagaré; es un documento de confianza que se suscribe entre tú y los demás, y que no es posible no cumplirlo.

Si hubiese motivos realmente valederos para reconvenir los términos, o no estás seguro de cumplirlo: no lo firmes (es decir, no digas que sí, en automático).

Muchas personas dicen que sí, sin pensarlo, por su afán de buscar aprobación, o no quedar en falta con los demás.

5 razones para cumplir con tu palabra

Cada vez que CUMPLES con tu palabra:

a) Tu autoestima aumenta
b) Ratificas tu poder personal
c) Te haces confiable, ante ti y los demás
d) Sabes que puedes asumir compromisos mayores
e) Demuestras tu aprecio, por ti y las otras personas

Cada vez que INCUMPLES tu palabra:

a) Tu autoestima se daña
b) El inconsciente te devuelve exactamente lo contrario a lo que quieres
c) Te vuelves en alguien desconfiado, y eso mismo provocas en los demás
d) No querrás hacer vínculos sólidos, por temor a fallar; y los demás pensarán lo mismo de ti (no serás de fiar, ni de confianza para los otros)
e) Revelarás tu peor parte, ya que nadie quiere estar cerca de personas que no se hacen cargo.

¿Entonces por qué romper tus promesas?

El "NO": una herramienta para no traicionar (ni traicionarte)

Cuando no cumples con tu palabra, es una traición. Tu prometiste algo, diste tu visto bueno; y al final, no cumples.

Traicionaste a los demás.

Por más que esto suene fuerte, es, en verdad y muy profundo, lo que pasa. Traicionaste a otros porque no sostuviste tu promesa; y te traicionaste a ti mismo porque habilitaste todos los mecanismos internos de destrucción paulatina de tu auto estima y auto consciencia.

No debes ver el "No" como algo malo: debes practicarlo, es tu herramienta. Una herramienta para no traicionarte a ti ni traicionar a los demás.

a) Aprende a decir que NO. Entrénate desde cosas sencillas hasta complejas, y no asumas ningún compromiso que no vayas a cumplir.

b) Renegocia tus acuerdos, si necesitas cambiar las condiciones de tu promesa que has dado, o cambiar las fechas, etc.

c) Avisa siempre con suficiente tiempo si no serás capaz de cumplir con tu palabra: es tu responsabilidad.

d) Propone al menos 3 ideas alternativas sobre el mismo asunto, si necesitas re-pactar las condiciones.

e) Evalúa los resultados en términos de cómo te sientes internamente cuando asumes tu responsabilidad personal ante tu vida (y esto incluye todas las promesas y compromisos que haces).

Si quieres una vida con mayor sentido, integridad y coherencia, aprende a cumplir con tu palabra. Es la piedra fundacional de tu auto estima, de las buenas relaciones humanas y del sentido más profundo al que puede aspirar un ser humano: vivir con menos presión y en libertad.

Sobre el autor: Daniel Colombo es Motivador y Master Coach Internacional especializado en CEO, alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; autor de 21 libros y comunicador profesional

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