Doug Peacock es un veterano de la guerra de Vietnam que por mucho tiempo sufrió lo que hoy se conoce como desorden de estrés postraumático, un trastorno que dificulta recuperarse emocional y mentalmente de eventos atemorizantes, caracterizado por pesadillas y recuerdos repentinos e indeseados.

Algo que ayudó a Doug a recuperarse de su trauma fue el aire libre y los espacios abiertos del Parque Natural de Yellowstone, en Estados Unidos.

Particularmente, Doug le tomó mucho cariño y respeto a los osos grizzli, una variedad de oso pardo que es propia de los territorios altos de Estados Unidos y Canadá. Incluso ha confesado en uno de sus libros que su afición por estudiar y fotografiar a estos formidables animales le salvó la vida al ayudarlo a recuperarse emocionalmente.

En las casi 5 décadas que lleva estudiándolos, Peacock se convirtió en un activista de la preservación de su hábitat protegido, que se encuentra en el parque de Yellowstone. Pero en julio de este año, se determinó que la reserva sería revocada porque se estima que en ella viven alrededor de 700 osos grizzli, una cantidad que se considera autosustentable y que no necesita protección del gobierno.

Ahora Peacock es uno de los principales opositores de la medida, con la que además los osos perderán el estatus de especie amenazada, y está decidido a pasar el resto de sus días protegiendo el hábitat de lo que considera son los animales que demuestran que los humanos son tan dueños de la Tierra como ellos creen. “Es el único animal que puede recordarle a la especie más arrogante cuál es su verdadero lugar en la Tierra”, concluyó.