La risa trae distensión, placer y bienestar, y lo mejor de todo, ¡es que se contagia! Por eso, muchas veces, cuando queremos relajarnos luego de un mal día, o pasar un momento divertido con amigos, buscamos en internet videos de fails y podemos estar horas riéndonos sin parar. 

¿Qué tiene esto de malo? ¡Claro que nada! Divertirse mirando bloopers podría parecer muy inocente y, en verdad, lo es. Solo que a menudo sucede que el contenido de esos videos puede estar, a través de la risa, perdiendo su importancia. 

En los más populares son comunes las caídas, los tropiezos, o los golpes accidentales. Pero también, en muchos de ellos aparecen animales. Y no solo perros y gatos, sino también especies exóticas, salvajes o incluso en peligro de extinción. 

[También puedes leer: Tinder le pide a sus usuarios que no se fotografíen con tigres]

Muchos de los animales que aparecen en las imágenes se encuentran en cautiverio, o son parte de espectáculos o entretenimientos para el turismo. Por ejemplo, un hombre que quiere montar un elefante y no puede; o curiosidades del comportamiento de las jirafas en un zoológico.

En otros casos también el hombre hace algo con ellos solo para divertirse, como estimular a un gato con luces incandescentes, o por ejemplo, ponerle pantalones a una gallina (¡existe!).

Estas cosas que nos causan gracia, nos hacen olvidar que los animales merecen todo nuestro respeto; y lo que para nosotros es un "blooper", para ellos puede representar un dolor o estrés innecesario; por lo cual podría ser catalogado como maltrato animal.

[También puedes leer: Estos monos le roban a los turistas para conseguir alimento]

Claro que cuando tú te ríes seguramente no estés pensando en esto. No te sientas mal. Pero es importante que podamos hacer el ejercicio de reflexionar porque, como señalaban algunos autores como Horkheimer y Adorno, "Divertirse significa estar de acuerdo". ¿Qué quiere decir esto? Que al reírnos podemos estar pasando por alto la crítica que nos llevaría a pensar que eso que nos genera risa puede a veces estar siendo cruel, en este caso, con nuestros amigos animales.

Además, nos dice mucho sobre cómo somos entre las mismas personas. Si nos acostumbramos a tratar así a un animal, ¿por qué no lo haríamos también con las personas? Eso explicaría también por qué nos reímos de fuertes caídas donde realmente las personas se lastiman. O, como sucede con las corridas de toros, cuando tanto el hombre herido como el animal fuertemente estresado y maltratado son los que sufren.

Ojalá que podamos encontrar otras formas más divertidas y sanas de reírnos sin hacerle daño a nadie y sin seguir, con nuestra risa, avalando sin querer, cosas con las que no estamos de acuerdo. ¿No lo crees?