Todos nacemos en un estado de completa indefensión. Para sobrevivir, constituirnos como adultos y desarrollar nuestra potencialidad genética, necesitamos de otras personas que nos provean todo aquello que sea necesario.

Los niños pequeños se encuentran en un estado de gran fragilidad debido a su estructura psíquica en formación. Las experiencias afectivas con sus padres o cuidadores en los primeros años de vida tienen una enorme influencia a favor del desarrollo cognitivo, social y emocional. Por eso, cualquier "choque" o situación brusca puede dejar una marca en la personalidad.

¿Cuáles son esas situaciones que pueden impactar en una pequeña persona dejando huella para siempre?

Sentimiento de soledad

Si los niños no tienen un sostén emocional como respuesta al sentimiento de desamparo con el que todos llegamos al mundo, es probable que no puedan construir con sus padres un vínculo lo suficientemente fuerte como para satisfacer todas sus necesidades. Si el vínculo no es estable ni previsible, los niños no podrán construir una relación de apego seguro. Esto puede traer algunas consecuencias en el desarrollo de su madurez.

Intolerancia a la frustración

Es común que los niños se frustren cuando comienzan a aprender distintas habilidades y no en todas tienen el mismo éxito. Pero es importante que logren comunicar y manejar esos sentimientos. Lo contrario se traduce en baja tolerancia a la frustración. Esto afecta a los niños durante el proceso de aprendizaje, porque se enfadan cuando algo no les sale y eso dificulta que puedan aprender. Además, les cuesta asumir las normas, los límites y la frustración y esto interfiere en sus relaciones sociales.

Falta de límites

Es común que muchos padres reciban notificación, desde los colegios, sobre la "mala confucta" de sus hijos. En general los niños con esta característica tienen problemas para interiorizar límites y normas y suelen tener conductas desproporcionadas. En estos casos es fundamental la intervención de los padres para controlar las conductas, poner límites y dialogar con el niño para que comprenda.

Presión sobre sus calificaciones

Es importante recordar que los niños no deben vivir bajo las mismas exigencias que los adultos. Si se cargan muchas responsabilidades sobre sus hombros pueden sentir una presión que no saben manejar y creer que no son lo suficientemente buenos. Esto vale tanto para los resultados escolares, como para los que participan en actividades deportivas, sobre todo de competición.

Rechazo de un adulto que aman

Durante la infancia, el sentimiento de rechazo puede generar consecuencias negativas en la autoestima y que el niño busque constantemente la aprobación de los demás.

Humillaciones

Es importante controlar los comentarios negativos y no exagerar las críticas ya que son hirientes para los niños y pueden generar tanto dolor como una lesión física.

Si tienes hijos, procura establecer un vínculo estrecho con ellos para que puedan conversar sobre lo que les pasa, qué problemas o miedos tienen y qué les provoca angustia, para que puedan atravesar estas situaciones sin que eso deje consecuencias negativas en su vida.

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