La fecha, promulgada desde el año 2012, invita a reflexionar sobre cómo se llega a desarrollar un trastorno alimentario. Los estándares de belleza influyen en la autopercepción de la imagen corporal. Romper con los estereotipos de belleza es imprescindible para prevenir nuevos trastornos mentales y luchar por la detección temprana. Los estándares hegemónicos dañan y debilitan la autoestima de aquellos que lo padecen.

En exclusiva para Bioguia, conversamos sobre esta problemática con Mara Fernández, Psicóloga especialista en trastornos alimenticios (M.N. 36031) quien define a los TCA como:

“Un Trastorno de la Conducta alimentaria es una alteración de tipo mental, en la cual se ve afectada la modalidad de ingesta de alimentos. Suele comenzar a edad temprana, principalmente en la adolescencia, por lo que es importante prestar atención a posibles señales de alerta. Para que se desarrolle se debe dar una combinación de factores: biológicos, psicológicos, sociales y familiares”.

Es menester, entonces destacar que estas alteraciones mentales generan un comportamiento patológico frente a la ingesta de alimentos y, además conllevan a una obsesión por el control del peso. Un dato no menor es que el sexo, edad y/o condición social no son determinantes, ya que esta enfermedad puede ser padecida por cualquier persona.

“En Argentina, durante los últimos años se ha producido un incremento preocupante de la incidencia de los desórdenes alimentarios (anorexia, bulimia, trastorno por atracón, vigorexia, ortorexia y alcohorexia). Según los datos aportados por la Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia, en la actualidad entre el 10% y el 15% de la población sufre algún trastorno alimentario” agregó la especialista.

La Licenciada Mara Fernández aseguró que la frustración y control son disparadores a tener en cuenta: “Las personas con trastornos alimenticios utilizan la comida y el control de ésta como un intento para compensar los sentimientos y emociones que, de otra manera son vistos como intolerantes. Para algunos la dieta, los atracones y la purgación pueden comenzar como una forma de lidiar con las emociones dolorosas y para sentirse en control de su vida personal. Estos comportamientos dañan la salud física y emocional, la autoestima y la sensación de competitividad y control”, finalizó.

Lograr una buena relación con la comida es uno de los desafíos en estos tiempos donde las dietas restrictivas y modelos impuestos socialmente predominan como patrones a seguir. Nadie elige tener un trastorno alimentario, aquellos que lo atraviesan, a menudo, ocultan la patología por vergüenza y miedo ante la mirada prejuiciosa de la sociedad.

Del mismo modo, en pos de una recuperación favorable se requiere un abordaje interdisciplinario según la persona y contexto. Es así que, coordinadamente los profesionales de la salud: nutricionista, psicólogo, médico clínico y en caso de ser necesario psiquiatra, pueden brindar un tratamiento y prevención temprana. Esto resulta crucial, si hablamos de Salud Mental.

“Quienes padecen un TCA son personas cuyo estado anímico se ve influenciado por el éxito o fracaso en su relación con la comida y con su imagen de sí mismo. Tienden a describirse a sí mismas en términos absolutos (bueno-malo; lindo-feo; correcto-incorrecto). Esta polarización refuerza la necesidad que tienen de controlar lo que comen” sostuvo Mara, quien cuenta con la Diplomatura en Trastornos de la imagen corporal.

IMPACTO DE LAS REDES SOCIALES EN LOS TCA

La Licenciada en Psicología a través de su cuenta de Instagram @hablar_sana comparte información y visibiliza esta patología. En relación a esto destacó lo siguiente:

“La búsqueda por alcanzar la delgadez extrema se traduce en una lucha psicológica, en la cual la persona adopta una conducta de desafío e independencia, pero la realidad es que sienten que no valen nada y no merecen que nada bueno les suceda.
Las redes sociales ponen en evidencia lo que queremos y no podemos ser. Amplifican estereotipos inalcanzables y estilos de vida irrealizables. Suelen promover a la delgadez y belleza como sinónimos de éxito, esto puede funcionar como disparadores de síntomas de Trastornos de la conducta alimentaria”, remarcó.

El impacto de las redes sociales es evidente, múltiples factores pueden desencadenar una patología mental. Éstas suelen mostrar imágenes que no son completamente reales, algo que puede resultar nocivo para muchas personas.

Siguiendo a la psicóloga: “Algunas cuentas de las redes sociales pueden fomentar malos hábitos alimentarios, sentimientos de rechazo al propio cuerpo, y debilidad de autoestima.
El uso de los filtros en las fotos generan una percepción irreal del otro, una ilusión óptica para cubrir defectos, entre otros, cuando en realidad no queremos mostrar debilidad ni vulnerabilidad”.
En este sentido, continuó expresando Mara Fernández: “El público que consume las redes, aún sabiendo que muchas publicaciones son escenografías armadas, o fotos “retocadas”, en su afán por tener la vida o ser como ese influencer al cual sigue, puede incurrir en algunas conductas pocos saludables, entre ellas una alimentación restrictiva o compensatoria, con el objetivo de alcanzarlo”, puntualizó la experta en trastornos de la conducta alimentaria.

El Día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria nos invita a reflexionar en torno a nuestros hábitos, costumbres, mandatos y estilos de vida ya que, muchas veces se valora más un cuerpo que responde a determinados estereotipos por encima de la persona como tal.

Somos nuestra historia. Día a día miles de personas luchan en silencio contra un trastorno de la conducta alimentaria. La salud mental debe ser visibilizada con respeto y empatía. ¡Una detección temprana y tratamiento eficaz es posible!

Cabe preguntarnos:

¿Qué lugar ocupan en nuestras vidas las inseguridades, miedos y sufrimientos? ¿Las exigencias y mandatos sociales nos permiten ser plenos y auténticos?