Las tendencias de cuidado capilar están siempre en constante cambio, una de las más recientes es la del lavado inverso, traducido del inglés reverse washing.

El lavado inverso consiste en aplicar primero el acondicionador y luego el champú.

El lavado inverso o  reverse washing consiste en utilizar primero el acondicionador y luego el champú.

Para Alison Freer, escritora del magazine XOJane.com, éste método (sugerido por una lectora) resultó de gran ayuda. Alison es como muchas mujeres: tiene un pelo graso en la raíz y seco en las puntas, por lo que debía lavarlo todos los días.  

El resultado de este nuevo sistema, comenta Freer en su web, “proporciona la humedad y suavidad justa en el pelo para poder cepillarlo fácilmente, sin que éste se aplaste".

¿Por qué puede ser mejor el lavado inverso?

El champú, sobre todo si utilizas los que pueden comprarse fácilmente en cualquier supermercado, está diseñado para eliminar la grasa y los desperdicios del cabello. Pero eso significa que también daña o quita los componentes grasos necesarios y saludables que el cabello contiene. Por eso el champú común generalmente es dañino para el cabello, y lo que suele hacerse es usar luego el acondicionador, para restaurar lo que se perdió.

Pero si sigues los pasos a la inversa, para el cabello es muy diferente: el acondicionador (que puede ser también, simplemente, algún aceite natural, como el de almendras) protege al cabello de la agresividad del champú. Y aunque no lo creas, al estar protegido el cabello se enredará menos, quedará suave y manejable, y no será necesario aplicar acondicionador otra vez. 

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