Para muchas personas en el mundo, el Universo no se limita solamente a lo que es posible ver a través de los ojos. La perfección que podemos percibir en lo que nos rodea, incluso en nuestro propio cuerpo, solo pueden explicarla por la presencia de algo más, una fuerza superior que para algunos es Dios; para otros, Alá; Shiva; u otras. 

Desde tiempos muy antiguos, el hombre desarrolló este costado espiritual, y para muchas personas sigue siendo muy importante. Pero, ¿cómo hacer para conectarte con tu dios todos los días? En medio de la rutina, puedes encontrar tus propias vías para no dejar de percibir que solo eres una parte de una gran y perfecta creación. 

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¿Cuáles son? 

1. Observa la naturaleza

La naturaleza siempre puede hacerte volver a tomar contacto con la inmensidad de la que formas parte. No hace falta que te vayas al medio de la selva (¡aunque si puedes hacerlo, mejor aún!) para sentirlo. Solo basta con que observes bien. Mira una hoja de un árbol, sus nervaduras; presta atención a los anillos de los troncos; o incluso, aún más pequeño, fíjate en los procesos de tu cuerpo, sus formas, sus funcionalidades. 

Cada detalle data de una perfección de la que tú también formas parte. Saber observarla y valorarla es tomar conciencia de que formas parte de un todo y conectarte con él. 

2. Medita

En este mismo sentido, meditar puede ayudarte a conectarte con tu lado más espiritual. La práctica regular permite dejar de lado la cotidianidad, y ayudarte a despejar la mente para observar sin prejucios y abrir tu corazón desde un lado más conectado y genuino. 

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3. Sé gentil 

Otra manera que tienes de conectarte con tu lado espiritual es reconociendo en quien tienes al lado a otro ser igual (y también diferente) a ti. Desarrolla la empatía, escucha, no juzgues, ayuda a quien lo necesite (aunque no sea más que con tu tiempo o un abrazo). El Universo es sabio en este sentido: cuánto más entregas desde el corazón, más sentirás la abundancia llegar hacia ti. 

4. Reconoce los mensajes

A veces hay situaciones que nos toca atravesar, personas que nos cruzamos "por casualidad", seres que aparecen en nuestra vida en circunstancias que no podemos explicar, que se las adjudicamos automáticamente al azar. Pero a menudo, detrás de ellas, puede haber para nosotros un aprendizaje, algo que se nos ofrece para ser visto. Puede que esto no sea siempre muy agradable de ver, pero seguramente puede ser muy enriquecedor. 

5. Aprende el valor del silencio

Vivimos en momentos donde el ruido (interno y externo) nos rodea. Aprender el valor del silencio, permitirnos escucharlo sin intentar llenar el vacío, puede ser una manera de conectar con nuestros verdaderos sentimientos. Y es desde ahí, desde lo más auténtico e interno de cada uno, donde le damos espacio a nuestro lado espiritual para que pueda desarrollarse, crecer y ofrecernos una visión más amplia y amorosa de nosotros mismos y de lo que nos rodea. 

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