Las distintas clases de otitis que existen, tienen en común que provienen de una infección que afecta el oído. Al mismo tiempo, lo que las hace diferentes entre sí es el área específica del oído que han afectado. Pero también las diferencia la gravedad de la enfermedad. No obstante, mayormente se trata de una afección que es benigna, y por eso te comentamos todo lo que debes saber sobre la otitis y sus tipos.

Esta es una enfermedad que puede aparecer en personas de cualquier edad, aunque es más frecuente que ocurra en los niños que en los adultos. Existe un aproximado que indica, que el 60% de los niños con menos de 4 años tienen mayores probabilidades de sufrir otitis. Y un 80% de los niños aproximadamente, ha sufrido de esta enfermedad antes de cumplir los 6 años.

¿De qué se trata la otitis?

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La otitis es conocida como una infección frecuente causada por bacterias, que afecta más que todo a los niños. En otras palabras, es un proceso infeccioso que se produce en el conducto auditivo. A menudo este proceso es muy agudo, pero podría convertirse en una enfermedad crónica. Suele tener lugar en el oído medio o también en el oído externo.

Una de las enfermedades más frecuentes en la infancia es la otitis del oído medio, especialmente entre las edades de los dos meses hasta los dos años. Probablemente la otitis agua de oído medio, sea uno de los diagnósticos más habituales, por el cual los médicos prescriben antibióticos a nivel mundial.

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Anatomía del oído

Antes de hablar con más detalle acerca de los tipos de otitis, primero se debe comprender cómo es la anatomía del oído.

Oído externo

Abarca lo que es el pabellón auricular, al igual que el conducto que se encuentra hacia el fondo pasando el tímpano o membrana timpánica. Esta es una membrana muy delicada que se encarga de cerrar el conducto auditivo de la parte externa, separándolo de la cavidad del oído medio. Si se trata de condiciones normales suele ser translúcido y tiene unos tonos grisáceos brillantes.

El sonido es captado y canalizado mediante esta parte hasta llegar al tímpano, que al hacer contacto con las ondas sonoras vibra. Las glándulas del oído se encargan de secretar cerumen, para acidificar el conducto y también para evitar el crecimiento de las bacterias.

Oído medio

Después del tímpano existe una cavidad llena de aire, donde están unos pequeños huesos martillo, estribo y yunque. Los cuales se encargan de la transmisión de las vibraciones que son captadas por el tímpano, hasta llegar a los líquidos que posee el oído interno.

Dicha cabida cuenta con una mucosidad que la recubre y como es la misma que se encuentra en la nariz, se pueden presentar catarros dentro del oído medio. Para que las funciones auditivas se lleven a cabo correctamente, el aire debe tener la misma presión que el ambiente externo. De lo contrario, podrían ocurrir alteraciones.

Cuando existen cambios de presión, como cuando se viaja en avión por ejemplo, hay un tubo dentro del oído conectando la parte de atrás de la nariz, llamado trompa de Eustaquio. El cual de manera natural se abre al momento de bostezar o al tragar. La función de este tubo es proporcionar aire a la caja timpánica, logrando que la presión interna sea igual a la externa del ambiente.

Oído interno

Se trata de un par de cavidades que se encuentran llenas de líquido, y están en la parte interna del hueso temporal. El estribo se encarga de transmitir todas las vibraciones que vienen del ambiente externo hacia dicho líquido, mediante una ventana que está en el hueso. Todas esas vibraciones son absorbidas por células especiales, que se encargan de transformarlas en estímulos eléctricos. Viajando a través del nervio acústico hasta llegar al cerebro, y allí se interpretan como sonidos.

La segunda cavidad cubierta de líquido, está formada por unos canales, constituyendo las tres dimensiones de dicho espacio y además interviene en el equilibrio. Así, en el momento que la persona se mueve, el movimiento que realiza el líquido informará al cerebro, la dirección en la cual se desplaza dicha persona.

Tipos de otitis

Otitis

Una vez que se conoce la anatomía del oído, es más sencillo saber cuáles acerca de los tipos de otitis.

Otitis aguda externa

Conocida comúnmente coma oído del nadador, este tipo de otitis sucede en el momento que las bacterias responsables de la infección, provocan daños en la piel del oído. Provocando generalmente un malestar importante en el área afectada, y distintos niveles de tumefacción. Para realizar un diagnóstico, es necesario basarse en la aparición de la otalgia. La cual puede esparcirse hacia la mandíbula y ser más agua hacia el pabellón auricular.

Otros de los síntomas de la otitis externa son la hipersensibilidad del conducto auditivo y el eritema. En el tímpano es posible que aparezcan edemas, aunque esto no suele afectar la audición.

Otitis maligna externa

Este es uno de los casos más graves de otitis externa. Una infección como esta otitis, suele evolucionar en la aparición de tejido necrótico, con la separación de tejidos blandos, incluyendo los cartílagos y también el hueso. Los síntomas que se producen en es este tipo de otitis son preocupantes, como dolor intenso, secreciones seropurulentas y tanto el pabellón auricular como otras áreas estarán inflamadas.

Otitis aguada media

El oído medio es la parte más afectada por esta clase de otitis. Las adenoides se presentan inflamadas, que fácilmente pueden afectar al oído ocasionando otitis media aguda. Cuando se trata de personas adultas, esta otitis se puede producir por la presencia de un resfriado muy fuerte. Especialmente cuando se encuentra asociado a una faringitis.

No obstante, esta solo es una de las causas de la otitis media más comunes. Puesto que las complicaciones de alguna enfermedad infecciosa, podría ocasionar otitis. En ciertos casos, aunque muy poco frecuentes, la otitis media se puede producir mediante algún traumatismo del oído externo.

Otitis media crónica

Si la otitis media se demora demasiado tiempo en sanar, o una vez que se haya curado aparece de nuevo, esta infección se considera una otitis media crónica. Al no recibir el tratamiento apropiado, la otitis empeorará y no habrá manera de curarla.

Normalmente esta otitis aparece como si se tratara de una otitis purulenta, pero en este caso el tímpano estará perforado. La supuración se extenderá hacia la caja timpánica, afectando al hueso y estando constantemente activa en esa área. Aparte de esto, es posible que se presentes episodios de cuadros muy agudos de forma intermitente.

Uno de los síntomas que caracteriza a esta clase de otitis, es la expulsión constante de pus a través del oído. Existen algunos casos donde no se desarrollan episodios agudos con formación de mucosidad, y en allí cuando la persona afectada no presenta dolor. Sin embargo, la capacidad de audición disminuirá de manera significativa.

Tratamiento para la otitis

oreja oido
Fuente: Shutterstock

De acuerdo con los tipos de infección que padezca la persona, el tratamiento para la otitis será diferente.

El tratamiento habitual para la otitis media agua consta de antibióticos durante aproximadamente catorce días. Aunque todas las otitis no suelen tratarse con fármacos. A menudo los síntomas mejoran en 48 horas, una vez que los medicamentos son administrados. El médico también prescribirá descongestionantes, al igual que mucolíticos de ser necesario.

En dado caso la otitis aparezca de manera constante y frecuente, pero además se tiene la sospecha de la fuente de la infección, como en el caso de la adenoiditis crónica, el tratamiento será más específico.

Existen varios casos, especialmente cuando se trata de niños, la otitis media se presenta como episodios recurrentes, combinados con síntomas de adenoiditis, al igual que hipertrofia adenoidea. Debido a esto, se deberá llevar una cirugía para extraer el tejido adenoideo hipertrófico. Para después colocar unos tubos de drenaje transtimpánico.

Etapas agudas de la otitis requieren el uso de analgésicos, para aliviar los dolores que se puedan presentar en la infección. La idea de los medicamentos, es reducir las congestiones y las inflamaciones, con el objetivo de aliviar la enfermedad. Algunos especialistas no recomiendan usarlos a menos que el paciente sufra de rinitis alérgica. También suelen prescribirse corticoesteroides, pero la mayoría de los pacientes debe evitar usarlos. Especialmente cuando se trata de los niños.

Fuente:

Elseiver

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