Tikal, es una antigua ciudad maya ubicada en Guatemala, un lugar donde los visitantes se ven rodeados de empinadas pirámides de piedra caliza. Aquí aún se usa hoy en día un brillante invento de los mayas para levantar ciudades en zonas que no cuentan con agua.

La ciudad de Tikal fue un centro económico y ceremonial de una civilización que alguna vez pudo haber albergado entre 10 y 15 millones de personas. Cada uno de los enormes palacios y templos de la ciudad, cada uno orientado respecto al tránsito diario del sol a través del cielo, son muestra de la destreza de los mayas como arquitectos y astrónomos.

Pero estos monumentos nunca se hubieran erigido sin el dominio de algo mucho más elemental para la supervivencia maya: el agua. Sin ríos ni lagos cercanos, los mayas tuvieron que crear una red de enormes embalses en Tikal para recolectar y almacenar suficiente agua de lluvia durante la estación seca de la región, que dura de cuatro a seis meses, para los miles de habitantes que tuvo durante su apogeo en el siglo VIII; entre 40.000 y 240.000, según las estimaciones.

Estos reservorios ayudaron a que hubiera más de 1000 años de presencia maya en Tikal.

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La antigüedad llevada a la actualidad

El brillante invento de los mayas que aún se usa hoy para levantar una ciudad en un lugar sin agua

El año pasado, usando técnicas científicas modernas, los arqueólogos revelaron otra hazaña hidrológica maya. Los núcleos de sedimentos tomados de los reservorios de Tikal muestran que crearon el sistema de filtración de agua más antiguo conocido en el hemisferio occidental. El sistema de purificación de agua era tan avanzado que uno de sus materiales clave, la zeolita, sigue siendo común en los filtros actuales.

Para entrar en contexto, las zeolitas son minerales volcánicos compuesto principalmente de aluminio, silicio y oxígeno que se forman cuando la ceniza volcánica reacciona al agua subterránea alcalina. Vienen en muchas formas y tienen propiedades físicas y químicas únicas que les permiten filtrar contaminantes, desde metales pesados hasta microbios diminutos.

Aunque los arqueólogos solo encontraron zeolitas en uno de los reservorios de Tikal, ahora conocido como Corriental. Los fragmentos de vasijas de arcilla hallados allí sugieren que el agua purificada del lugar se usó específicamente para beber.

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Una tecnología de un pueblo vivo

Según el estudio que detalla el uso de zeolita por parte de los mayas, la arena por sí sola habría hecho que el agua pareciera clara, pero no habría tenido ningún impacto en los microbios o el mercurio.

Con la adición de zeolita, los mayas obtuvieron agua clara que estaba limpia incluso para los estándares modernos.

“Es posible que los mayas no entendieran qué estaba haciendo la zeolita en particular, pero entendieron la importancia de mantener el agua limpia”, dijo Lisa Lucero, antropóloga de la Universidad de Illinois, “y emplearon su tecnología y su conocimiento del medio ambiente para depurar su agua potable“.

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