La integración de las pantallas en la vida diaria ha generado inquietudes sobre su impacto en el desarrollo de los niños. El uso excesivo de pantallas puede afectar negativamente diversos aspectos del desarrollo infantil, incluyendo la salud física, emocional y cognitiva. Un uso excesivo puede reducir las oportunidades para exploraciones sensoriales y sociales esenciales en las etapas tempranas del desarrollo cerebral. Las experiencias fundamentales como el juego físico y la interacción directa, cruciales para el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas, podrían verse limitadas.

Álvaro Bilbao, destacado neuropsicólogo, explica en su última publicación las diferencias en la actividad cerebral de los niños cuando interactúan con pantallas comparado con actividades como la lectura. Según Bilbao, la lectura incrementa la conectividad cerebral en los niños, mientras que el tiempo frente a pantallas la reduce. Esta afirmación fue acompañada en redes sociales con imágenes que ilustran los cambios en el cerebro. Aunque no todas las interacciones con pantallas son perjudiciales, y el contenido educativo de calidad puede ser beneficioso, es fundamental establecer límites y fomentar actividades que promuevan un desarrollo saludable.

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Bilbao resalta la importancia de la lectura de cuentos como una actividad complementaria al uso adecuado de pantallas, destacando el valor de la imaginación. “Cuando un niño lee o escucha un cuento, debe emplear su imaginación para completar la historia, a diferencia de cuando se enfrenta a una pantalla, donde el contenido visual y programado limita la necesidad de imaginar”, explica Bilbao. Esta distinción subraya las diferencias cognitivas entre las actividades que requieren creatividad y aquellas que son más pasivas.

Además, Bilbao diferencia entre estimular y entretener, señalando que la estimulación ocurre cuando los estímulos son lo suficientemente intensos para que el cerebro del niño trabaje activamente, a diferencia del entretenimiento, que requiere menos esfuerzo cerebral debido a la naturaleza llamativa de los estímulos.

Este enfoque de Bilbao sugiere que los padres y cuidadores juegan un papel crucial en moderar el uso de pantallas y en participar activamente en actividades como la lectura, que no solo entretienen sino que también estimulan el desarrollo cerebral de los niños. Este llamado refuerza la idea de que las interacciones ricas y activas son fundamentales para un desarrollo infantil saludable.

Fuente: Vanitatis.