Quizás alguna vez en tu vida te tocó pasar por una "mala racha". Un momento en que cada cosa que te proponías hacer, o simplemente hacías, salía mal. Tal vez no te ha pasado a ti, pero seguramente conoces a alguien que ha pasado por eso. 

Hay personas que estas situaciones las pueden ver con optimismo, pensando que "ya pasará". Pero hay otras a las que cada golpe parece que las hundiera más; se entristecen, deprimen o manifiestan cualquier otro problema físico o emocional. 

[Lee también: Frases de grandes genios que te harán cuestionar tu existencia]

Pero incluso cuando sentimos que "hemos tocado fondo", que todo va tan mal que no podría estar peor, hay una forma positiva de ver y transitar ese dolor. No todo está perdido; de hecho, ¡has ganado más de lo que imaginas! Lee estas razones por las que este momento que ahora tú o alguien que conoces está viviendo como "el peor de su vida", en verdad es una de las mejores cosas que podrían pasar. 

1. Te permites reflexionar

Cuando sentimos que "tocamos fondo", todo en nuestra vida es puesto al revés y analizado. Ése es el punto clave para volver a construir, esta vez de forma más auténtica y alineada con qué es lo que queremos para nosotros.

2. Dejas de actuar como otros esperan (te vuelves más auténtico)

Cuando no estás pasando por un buen momento, por una cuestión de protección personal, en muchos casos comienzas a priorizarte. Por eso, es posible que dejes de hacer esas cosas que siempre haces por compromiso. No tienes fuerza para aparentar o cumplir con nadie. Lo importante ahora eres tú, y es posible que aún en lo más bajo estés más en contacto contigo que nunca.

[Lee también: 8 creencias tóxicas que seguro has repetido alguna vez ]

3. Te conoces profundamente

Conocerse es el primer paso para aceptar. Todos tenemos nuestros lados oscuros, y no se trata de eliminarlos, sino asumirlos y aprender cómo manejarlos para que nada de ellos nos dañe a nosotros o a los demás. Cuando estás triste, te sientes frustrado o angustiado, es cuando más en contacto estás con tus emociones. Te das permiso para dejarlas fluir. Y eso, cuando el momento pase, afianzará mucho más quién eres. Vas a haber entrado en contacto con tu lado más intenso, y podrás - si te permites ese aprendizaje- usar esa intensidad a tu favor de aquí en adelante.

4. Te fortaleces

El dolor es parte de la vida. Aunque a veces nuestros ego puede hacernos esquivarlo, hay momentos en que nos toca atravesarlo, y eso es necesario. Porque si no lo hacemos, ese dolor empieza después a expresarse de otras formas, por ejemplo, a través de enfermedades físicas. Atravesar los momentos de dolor, aceptar que no todo en la vida es felicidad, fortalece, nos da entereza y valor para seguir adelante.

5. Es más fácil cambiar de rumbo

Cuando estás en un momento difícil, cambiar de rumbo, o hacer las cosas de una manera diferente a la habitual, es más "fácil". No se cuestiona tanto, porque aparece como una "necesidad". Y eso, nos da la libertad y el impulso que necesitamos para quitarnos de encima lo que nos hace peor, y enfocar qué es lo que realmente queremos hacer.

[Lee también: Quizá creas que llorar es para débiles, pero tiene estos beneficios para tu cuerpo]

6. Valoras mucho más lo que te rodea

Cuando "tocas fondo" adquieres humildad; entiendes que no lo sabes ni puedes controlar todo. Y como cualquier dolor, cuando pase, valorarás mucho más sentirte bien. Sentirás amor y agradecimiento por cosas que quizás antes te parecían insignificantes, y valorarás más a quienes te han acompañado en ese momento.

7. Puedes ayudar y comprender mejor a los demás

Luego de atravesar un momento difícil, adquieres la capacidad de ponerte en el lugar de otro; y desde allí, puedes entenderlo, y ayudarlo porque tú "ya has estado allí también".

Recuerda: todo pasa. Los rayos son parte de la tormenta, pero no hay lluvia que dure mil años. Todo, aún lo que hoy ves como imposible de atravesar, encierra un valioso aprendizaje para ti.