La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes. Tanto así que suele llamarse la gripe del plano mental. Es que, según estadísticas, afecta a 120 millones de personas en el mundo occidental. ¡Vaya cifra!

Muchos especialistas en el tema consideran que esos números tienen que ver con el estilo de vida que llevamos. Christophe André, psiquiatra y psicoterapeuta francés, asegura que la sociedad actual necesita a la vez más movimiento y más serenidad. En su opinión, los problemas mentales como la depresión se manifiestan en gran medida porque hay un desequilibrio en los estados de ánimo.

La buena noticia es que, para este psiquiatra y divulgador científico, la medicación es la opción más extrema para acabar con la depresión. Puede ser necesaria, especialmente en momentos de crisis, pero según afirma, equilibrar los estados de ánimo es un proceso que se puede aprender.

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Aunque hay muchas maneras de hacerlo, él asegura que los dos antidepresivos más eficientes están al alcance de cualquiera:

“Los dos grandes antidepresivos son la actividad física y el contacto social”.

¿Te lo imaginabas? Estos son algunos de los motivos por los que deberías prestar más atención a estos dos aspectos de tu vida.

Actividad física para combatir la depresión

Durante miles y miles de años, el ser humano solo se tenía a sí mismo para trasladarse de un lugar a otro. El hombre prehistórico salía a cazar, luego comenzó a cultivar la tierra, pero siempre se mantenía activo. Incluso tiempo después, cuando ya se vivía en civilización, las personas caminaban largos tramos: no existían los automóviles.

Así, en la evolución humana, nuestra tendencia a movernos de un lado a otro sobre cuatro ruedas y con cero esfuerzo físico es algo nuevo. Y aunque parezca que no hay otro modo de hacerlo, la verdad es que para nuestro cuerpo y nuestra mente todavía es difícil de procesar.

El ejercicio libera endorfinas, que generan bienestar y liberan la mente de preocupaciones. Además, suelen ser un poderoso mecanismo para ganar confianza. Sentir que estamos cumpliendo con nuestras metas es una de las mejores maneras de sentir menos la depresión.

Finalmente, hacer ejercicio es un buen motor para llegar al segundo antidepresivo: el contacto con otros.

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Lo social para combatir la depresión

El ser humano es un ser social. Casi no hay posibilidad de que exista de forma saludable sin contacto con otros. Eso se nota enseguida: el vínculo con los demás aumenta el buen humor y nos sentimos mejor.

Muchas veces, la depresión comienza con el aislamiento. Es un círculo vicioso que termina agravando mucho la situación. Como decíamos antes, hacer ejercicio es un buen antidepresivo porque, entre otras cosas, obliga a salir, a ver a otros y, por qué no, a socializar.

Pero no solo es eso. Estar en contacto con los demás, ser amable con otros y, sobre todo, practicar la gratitud pueden ser poderosas actitudes contra la depresión.

Dice André: “Hay un ejercicio que consiste en pensar en tres cosas buenas que hemos hecho durante el día. Pero aún es más beneficioso pensar a quién debemos esas tres cosas buenas que me nos ocurrido hoy. Por ejemplo, si escuchamos una buena pieza de música, damos las gracias mentalmente al músico que ha hecho el esfuerzo de crearla. Parece un pequeño detalle, pero la gratitud permite en los estados de ánimo positivos doblar los efectos; nos conecta con los otros seres humanos y nos da seguridad”.

También colaborar con otros. Hacer cosas por los demás, nos ayuda a sentirnos mejor, a la vez que ayudamos a que otro sea feliz. Es una cadena de positividad que puede cambiar la vida.

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Extra: silencio

El silencio es otra falta de nuestro tiempo. El exceso de estímulos nos lleva a agobiarnos, y eso genera algunos de los trastornos mentales más comunes.

Por eso, recurrir a la meditación o a los retiros no es una mala idea. O, al menos, pasar tiempo sin ruido, sin “hacer nada”. Dejar la mente vagar libre durante el día en ocasiones es una buena forma de darle descanso y hacerla sentir bien.

¿Qué piensas de esto? ¿Crees que esos son realmente los dos antidepresivos más potentes?

Fuentes:

Cuerpo Mente

Mayo Clinic

El País