El lavado de manos es fundamental para preservar la salud. En la actualidad, se ha tomado más consciencia acerca de la importancia de este hábito, pues hemos podido comprobar el impacto positivo de tener una higiene adecuada.

Esto ha implicado que el lavado se vuelva mucho más frecuente. Y si bien es algo muy beneficioso a la hora de cuidarnos, puede tener un impacto negativo en la piel de las manos. En particular, es posible que se las sienta secas o incluso irritadas.

Una de las claves para prevenir este daño en la piel está en la elección del jabón. Te compartimos este y otros tips para que logres cuidar tu salud y mantener tus manos suaves al mismo tiempo.

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Cómo y cuándo lavarnos las manos

Los especialistas recomiendan lavarlas antes de comer, al llegar a casa del exterior, después de tocar a las mascotas, antes y después de preparar alimentos, luego de ir al baño y siempre que nos las ensuciemos.

Recordemos que utilizamos nuestras manos para tocar dinero, pasamanos, picaportes, botones, y más. Mucha gente entra en contacto con los mismos objetos, por lo que podemos tomar de ellos gérmenes que pongan en riesgo nuestra salud.

La manera correcta de asear las manos es mojarlas, enjabonarlas, frotarlas entre sí, limpiar su dorso y fregar las uñas en las palmas. Todo debe durar unos 20 segundos como mínimo. Luego, resta enjuagar y secar. En todo este proceso hay hábitos que podemos incorporar para cuidar la piel.

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Cómo evitar las manos secas

La irritación o sequedad de la piel se manifiesta en una sensación de tirantez, en asperezas, enrojecimiento e incluso descamación o picazón. Dejar el hábito de lavar las manos no es una opción, pero sí es posible tomar algunos recaudos a la hora de hacerlo.

Lo primero que podemos hacer es optar por un jabón que no solo limpie efectivamente y remueva los gérmenes, sino que también cuide nuestra piel. Los jabones Dove, que contienen 1/4 de crema humectante, son una buena opción para mantener las manos suaves e hidratadas.

Otro factor a tener en cuenta es la temperatura del agua. Si bien durante los meses fríos puede ser más deseable usarla caliente, para cuidar las manos es mejor abrir la canilla fría. Esto se debe a que el calor reduce la humedad y seca la piel.

Por último, es importante prestarle atención al momento del secado. Una buena idea es tener una pila de toallas de mano en el baño y lavarlas con frecuencia. Así, siempre estarán suaves y esponjosas para el momento en el que tengamos que usarlas.

Este último consejo no solo es bueno para cuidar la piel de las manos, sino que también lo es para preservar la salud. Si las toallas están limpias y secas, es menos probable que acumulen gérmenes y que los esparzan.

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