Apenas hace dos décadas, eran más las personas que vivían en zonas rurales que las que habitaban zonas urbanas. Pero esto ha cambiado. Hoy cerca del 56 por ciento de la población total del planeta vive en ciudades, en una tendencia que sigue creciendo. De acuerdo con la ONU, dos terceras partes de las aproximadamente 10.000 millones de personas que poblarán nuestro planeta en el año 2050 tendrán su hogar en las urbes.

La consistente expansión urbana expone, ante todo, las grietas de planeación, que arrojan luz sobre temas como la injusticia social y la exclusión, las inadecuadas redes de transporte público, y las secuelas de salud relacionadas con el esmog que flota en el aire urbano. Pero hay una idea que cobra también mayor fuerza recientemente, en la vía hacia un futuro más saludable y sustentable: las llamadas "ciudades de 15 minutos”.

Inspira a este concepto la intención de planificar ciudades de manera tal, que todos los insumos y servicios necesarios para la vida diaria queden a una distancia a cubrir en 15 minutos, ya sea a pie o en bicicleta. Carlos Moreno, urbanista y profesor en La Sorbona de París, fue el primero que propuso la idea, en 2016. Según él, todos deberían tener acceso expedito a comercios, escuelas, servicios médicos, gimnasios, parques, restaurantes e instituciones culturales.

Actualmente, muchos habitantes urbanos soñarían con tener ese nivel de acceso pues, en vez de él, deben enfrentarse con atascos de tráfico o malos servicios de transporte para trasladarse a donde quieren ir.

Diseño pensado en las personas

Benjamin Büttner, experto de la Universidad Técnica de Múnich en materia de movilidad, dice que, para crear ciudades más sustentables, los parques, los espacios deportivos, las salas de cine o los comercios tienen que moverse hacia donde viven las personas, y no al revés.

Esto no necesariamente implica que los espacios urbanos tengan que ser demolidos y construidos de nuevo, aclara el especialista. Según él, lo que se necesita es readaptar los espacios ya existentes.

Las "ciudades de 15 minutos” deberían venir acompañadas de un concepto propio de movilidad: menos autos y más espacio para ciclistas y transeúntes, así como vías seguras para niñas y niños, adultos mayores y personas con capacidades reducidas. Tampoco deberían faltar los espacios para la interacción social.

"Los autos son un verdadero problema, por lo menos en las ciudades”, dice Büttner. "Ocupan mucho espacio y además inhiben la movilidad activa”.

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De París a Shanghái, ciudades en reconstrucción

Actualmente, hay cerca de 16 ciudades en todo el mundo que han adoptado este modelo o alguno parecido, o están en los preparativos para asumirlo. Algunas contemplan distancias mínimas de 20 minutos, otras de 10. Hay ciudades que prefieren el desarrollo de distritos específicos mientras que otros conceptos abarcan toda la ciudad en su conjunto.

Una de las pioneras es París. Luego de que Carlos Moreno presentara su concepto urbano en 2016, la alcaldesa parisina, Anne Hidalgo, lo incorporó a su programa de campaña electoral y comenzó a implementarla durante la pandemia.

El concepto parisino ve a las escuelas como "capitales”, convirtiéndolas en el centro de cada barrio. Los patios escolares son transformados en parques, a fin de poder usarlos en otras actividades luego de la jornada escolar y durante los fines de semana.

París también quiere cambiar el uso de la mitad de sus 140.000 cajones de estacionamiento, convirtiéndolos en áreas verdes, juegos infantiles, centros comunitarios o sitios de aparcamiento de bicicletas. Las calles de París son adecuadas para promover la movilidad en bicicleta, en un proceso que debe culminar en 2026.

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¿Niebla o esmog? París quiere darle prioridad a las bicicletas.

También en 2016, Shanghái anunció planes para lanzar los llamados "perímetros comunitarios de 15 minutos”, un plan que garantizaría acceso a todas las actividades de la vida diaria en un lapso no superior a un cuarto de hora. Otras 50 ciudades chinas podrían adoptar el mismo concepto.

Las supermanzanas de Barcelona

En España, la ciudad de Barcelona experimenta con las llamadas "supermanzanas”. El concepto incorpora varios bloques de viviendas en un "súper bloque”: solo sus habitantes o sus proveedores tienen acceso en auto, y la máxima velocidad es de 10 kilómetros por hora.

Muchas calles están bloqueadas al paso de autos. Antiguos lugares para aparcar han sido convertidos en zonas verdes, incluso para la siembra de vegetales o la plantación de flores.

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Medellín es famosa por sus andadores verdes

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Büttner llama a todo esto "urbanismo táctico”: se prueba el concepto uno o dos meses y luego se evalúa si la situación ha mejorado o empeorado. En Barcelona, las supermanzanas podrían reducir hasta en un 21 por ciento el tráfico motorizado.

Muchos comerciantes manifiestan dudas sobre las "ciudades de 15 minutos”, porque temen que se desplomen las ventas si los clientes no pueden llegar a sus tiendas en auto. Pero en Portland, Estados Unidos, la caída de 20 por ciento en el tráfico de vehículos tras la implementación de un perímetro de 20 minutos causó un incremento de 1.200 millones de dólares en el comercio local.

El especialista Büttner insiste en que, para sacar adelante este tipo de urbes, es necesario un diálogo entre funcionarios, ciudadanos y otros actores sociales. Después de todo, "cada estructura social, económica y ecológica de una ciudad es diversa. Decidir qué medidas son adecuadas para cada lugar depende de cada contexto.”

Fuente: DW