Si sientes que las cosas no salen como te gustaría, crees que fracasas en tus relaciones de pareja y estás frustrado en el amor, hay una teoría que podría brindarte algunas explicaciones acerca de lo que te sucede: la teoría del apego.

Empecemos por el principio: ¿por qué nos atraen ciertas personas y no otras? Hay quienes sostienen que sentimos atracción inconscientemente hacia aquellos que nos confirman lo que creemos acerca del amor.

¿Qué quiere decir esto? En síntesis, que la atracción humana también se basa en creencias. Y que estas creencias que tenemos fijadas respecto a lo que es el amor o lo que son las relaciones pueden condicionar el tipo de pareja que finalmente establecemos.

Eso genera una especie de círculo: creemos algo, lo confirmamos, nos frustramos, y así hasta que logremos romper con alguno de esas estructuras que hemos aprendido desde pequeños.

La mayoría de nosotros desconocemos estas creencias, pero pueden estar en la base de muchas de las fallas que luego vemos en las relaciones que formamos.

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Teoría del apego

Esta teoría se convirtió en un modelo psicológico para describir la dinámica de las relaciones interpersonales a largo plazo.

Según ella, las relaciones tempranas con nuestros padres (o con quienes ocuparon ese rol) moldean nuestras relaciones posteriores. Es decir, crean cierto modelo que, muchas veces, solemos reproducir inconscientemente.

Muchos estudios han establecido similitudes entre la forma en que las personas se comportan con su pareja romántica y aquella en la que se vincularon con sus padres en la infancia.

Esto incluye desde las modos en que regulamos nuestras emociones, hasta cómo buscamos apoyo. También incide sobre cómo elegimos manejar los conflictos, comunicar las necesidades y vivir nuestra sexualidad.

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Pero... ¿esto es malo?

Estamos acostumbrados a pensar en el apego como algo "malo”, pero en verdad, si nuestros padres no hubieran estado apegados a nosotros, nunca hubiéramos recibido comida y protección.

Así, cuando sentimos ansiedad, por ejemplo, el apego se activa y a través de ese mecanismo buscamos cercanía física, emocional y psicológica.

Sin embargo, las malas experiencias de apego en la infancia luego influyen en nuestra disposición para volvernos adultos emocionalmente seguros y, por ende, también establecer relaciones más sanas.

¿Cómo hacerlo consciente?

Si las relaciones fallan, ya tenemos una oportunidad para pensar qué es lo que está sucediendo. Estas son algunas preguntas que te puedes hacer:

  • ¿Qué es el amor para tí?
  • ¿Qué esperas de una relación?
  • ¿Cómo quieres ser tratado?
  • ¿Qué es para ti una relación sana?

Poder trabajar los vínculos de base, y las concepciones sobre el amor que hemos aprendido es una manera de sanar y empezar a construir otras formas de relación.

Siempre tienes la oportunidad de cambiar, de modificar tu estructura, incluso la que crees más rígida. El primer paso es hacerlo consciente, es dejar de ubicar el problema en otros y empezar a mirar hacia dentro.

Recuerda que quien se vincule contigo hará las veces de espejo. Por eso, empezar a darte a ti mismo aquello que buscas es el primer paso para que luego otro haga lo mismo contigo.

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Fuentes:

The minds journal