1. Escala humana: todo el mundo se conoce y se comunica con los demás, participando de la dirección y evolución de la comunidad. El tamaño de estas comunidades auto-organizadas en ecoaldeas no debería sobrepasar los 500 habitantes.

2. Completa funcionalidad vital: estudios, trabajo, ocio, necesidades diarias, todo queda cubierto dentro de la ecoaldea. Esto no significa un aislamiento del exterior de la vida organizada tradicional urbana; la ecoaldea se relaciona con el exterior en términos de elementos que sobrepasan las características de una ecoladea, como en el transporte a largas distancias o el uso de hospitales; el ideal es una sociedad distribuida formada por ecoaldeas.

3. Integración con la naturaleza: en definitiva se trata de una vida sostenible, que respeta y cuida el entorno, que practica una actividad agrícola tradicional, que utiliza construcciones bioclimáticas, recicla residuos, aprovecha las energías renovables, etc.