Burros tirando de carros de madera agitan el polvo del desierto mientras corren por una pista en Bahréin, los jinetes se golpean la espalda con palos mientras una multitud emocionada los observa. Los espectadores estallan en un rugido cuando uno de los animales, apodado "El Millón", toma la delantera y logra el primer lugar en la carrera de 700 metros.

Cuando todo termina, los fanáticos entusiasmados acuden en masa para tomar fotografías con el burro ganador y el dueño que está de pie sobre su lomo, sosteniendo el trofeo en el aire.

Los viernes son de las carreras

Estas carreras informales, que se llevan a cabo al costado de una carretera transitada, son condenadas por activistas por los derechos de los animales, pero son una tradición apreciada por los habitantes locales. "Esperamos con ansia que lleguen los viernes para poder participar en las carreras", dijo Yasser Mahdi, un corredor de carros tirados por burros cuyo animal, como los demás, estaba decorado con tinte naranja. "Vemos a muchas personas acudir en masa a la pista cada semana", dijo en la pista improvisada en el pueblo de Saar al oeste de Manama, la capital de la pequeña nación insular.

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Burro

¿Tradición o tortura?

Las carreras son populares durante los meses más fríos de invierno. En Saar, son gratuitas tanto para los espectadores como para los participantes y cuentan con el patrocinio de las empresas locales. También populares en Pakistán y Marruecos, las carreras de burros son un deporte tradicional en el estado del Golfo de Bahréin, pero es una práctica que horroriza a los grupos de derechos de los animales.

"Parece que las carreras de burros en Bahréin son una carrera primitiva sin estándares ni reglas para proteger a estos animales", dijo el Fondo Internacional para el Bienestar Animal. El grupo dijo en un comunicado enviado por correo electrónico que justificar la práctica alegando que es una tradición es "inaceptable". "Es ilógico considerar que algo sea tradicional como una razón para que sea aceptable".

Actividad no reglamentada

Las carreras no cuentan con el respaldo oficial del gobierno de Bahréin, signatario de la ley de bienestar animal del Consejo de Cooperación del Golfo que prohíbe las carreras sin licencia y el uso excesivo de la fuerza en las competencias. Están limitadas a 10 burros, y se realizan para principiantes, intermedios y niveles. "La carrera es divertida y siempre nos aseguramos de asistir o participar", dijo Jaafar Saleh, un corredor de veintitantos años. "Esperamos que estas carreras sigan creciendo".

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Fuente: DW