A veces, cuando queremos se consumidores responsables, el primer desafío, y a veces problema, es saber qué productos son realmente ecológicos. Hay varias formas de distinguir los productos conscientes. Una de ellas son las etiquetas ecológicas, pero hay que saber reconocerlas.

Las etiquetas ecológicas o ecoetiquetas son símbolos que se otorgan a aquellos productos cuya producción y reciclado producen un menor impacto sobre el medio ambiente debido a que cumplen una serie de criterios ecológicos definidos previamente por el análisis de su ciclo de vida. Los orígenes de las ecoetiquetas se pueden encontrar en la creciente conciencia global de proteger el medio ambiente por parte de los gobiernos, las empresas y el público en general.

Inicialmente y sobre todo en los países desarrollados, algunas empresas reconocieron que esa conciencia global podía generar una ventaja competitiva para ciertos productos. Entonces se incluían etiquetas con expresiones tales como “reciclable”, “baja energía” y “contenido reciclado”.

Estas etiquetas atraían a los consumidores que las veían como una forma de reducir los impactos ambientales a través de sus hábitos de consumo. Sin embargo, se inducía a la confusión, ya que al no existir unas guías estándar y de investigación a cargo de terceras partes, los consumidores no podían asegurar la veracidad de las afirmaciones realizadas en los productos. A fin de solventar este problema comunicativo entre la sociedad y el mercado en materia de consumo respetuoso con el medio ambiente, se definieron oficialmente tres tipos de mecanismos diferentes.

etiquetas ecológicas

Tipos de etiquetas ecológicas

Las etiquetas tipo I (también conocidas como ecoetiquetas) son sistemas voluntarios de calificación ambiental que identifican y certifican de forma oficial que ciertos productos o servicios tienen una menor afección sobre el Medio Ambiente. La normativa ISO aplicable para este tipo de etiquetas es la ISO 14024. Básicamente, una ecoetiqueta es una etiqueta que identifica las preferencias globales de un producto dentro de una categoría de producto basada en consideraciones de ciclo de vida. De esta manera se reconocen las principales características medioambientales del producto de manera más sencilla que la cuantificación medioambiental de datos. Las ecoetiquetas son otorgadas por una tercera parte imparcial, que ejerce como entidad certificadora. Los productos ecoetiquetados satisfacen importantes criterios medioambientales. Quedan excluidos explícitamente los alimentos, bebidas y productos farmacéuticos, así como las sustancias o preparados peligrosos o que están fabricados mediante procedimientos perjudiciales para las personas o el medio ambiente.

Autodeclaraciones ambientales o etiquetas tipo II

Existen muchas empresas y asociaciones que utilizan motivos relacionados con la naturaleza, la protección del medio ambiente, etc., sin embargo, en muchos casos esta información no es del todo cierta, o bien, no queda suficientemente clara a qué parte o partes del proceso de fabricación, o de la materia prima, o de la distribución son las que son rigurosas con el medio ambiente. Se tratan de autodeclaraciones informativas de aspectos ambientales de productos para considerarlos como productos ecológicos. Son realizadas por el propio fabricante en forma de textos, símbolos o gráficos y exigen la responsabilidad de cumplimiento del contenido de la información, tales como etiquetas en el producto en el envase, literatura del producto, boletines técnicos, avisos, publicidad, ‘’telemarketing’’, medios digitales o electrónicos e Internet. Este tipo de declaraciones no es susceptible, aunque sí preferible, de una certificación de una tercera parte independiente. Los requerimientos específicos de este tipo de etiquetas se recogen en la normativa ISO 14021. Así como el uso de las etiquetas tipo I conlleva la utilización de un distintivo característico, la utilización de símbolos en las etiquetas tipo II es opcional. Los requisitos principales que deben de cumplir este tipo de símbolos son que deben ser simples, deben distinguirse fácilmente de otros símbolos y no deben utilizarse símbolos de objetos naturales, a no ser que exista una relación directa y verificable entre el objeto y la ventaja declarada.

Declaraciones ambientales de producto o etiquetas tipo III

La etiqueta tipo III se define como un inventario de “datos medioambientales cuantificados de un producto con unas categorías de parámetros prefijadas, basados en la serie de normas ISO 14040, referentes a análisis de ciclo de vida. Ello no excluye información medioambiental adicional suministrada dentro de un programa de declaración medioambiental de tipo III”. Se trata de información ambiental cuantitativa en base a diferentes estándares y de manera comprensiva. Los requerimientos específicos de este tipo de etiquetas se recogen en la normativa ISO 14025.

Actualmente, existen también etiquetas específicas, por ejemplo, para distinguir ropa elaborada sin trabajo esclavo o infantil. Puedes saber más sobre ellas aquí.

¿Y tú, sabes de donde viene lo que compras?