La procrastinación es una palabra originaria del inglés que se ha popularizado en nuestro idioma porque resume en una sola palabra algo que todos hemos hecho alguna ez (o muchas).

Procrastinar es la acción de postergar o dejar todo para último momento, en especial aquellas tareas que pueden resultarnos tediosas, ya sea en nuestro hogar o el trabajo. ¿Suena familiar? Todos hemos pasado por esa fase y no hay ninguna vergüenza en admitirlo.

Para superar esta actitud, es necesario primero reconocernos a nosotros mismos que la sufrimos, y luego plantearnos estrategias para superarla.

Las siguientes 4 estrategias son excelentes y estamos seguros de que te ayudarán mucho.

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Intenta cambiar el concepto de obligación con el de placer

El pensar en un trabajo o tarea como una obligación genera con frecuencia un enfoque negativo, haciendo que nos sintamos pesados al realizarla. Es en realidad muy grave pensar de esta manera, pues las tareas deben ser cumplidas, puede incluso costarnos nuestro empleo, en el peor de los casos.

Ignorar lo que nosotros consideramos negativo acerca del trabajo e identificarlo como un deber divertido y que nos enriquece sería lo más indicado para realizar estos compromisos. No es fácil, sobre todo al principio, pero construir estos pensamientos es importante.

Estructura con inteligencia

Algunos aspectos negativos acerca del mundo exterior o de nosotros mismos nos hacen procrastinar, por lo que alcanzar objetivos, que sería todo lo contrario, aumentaría la autoconfianza y nos sentiríamos más estimulados a alcanzar las cosas con más integridad.

Por esta razón, la estructuración inteligente es la respuesta,. Debes proponerte objetivos alcanzables a corto-mediano plazo, que en conjunto te ayudarán a alcanzar tus sueños a largo plazo.

Crea un espacio donde te sientas bien

El ambiente en el que nos encontramos influye mucho en nuestra actitud general hacia el trabajo, los deberes y la vida. Sentirte bien, naturalmente, te llevará a procrastinar menos. Cambia tu entorno a tu estilo, preferencia y elimina lo que te aturda o incomode.

El bienestar genera buenas acciones, en especial en los momentos en los tienes el deber de ser productivo.

Cuida tu cuerpo

Duerme lo necesario, practica ejercicios y aliméntate saludablemente. Mantener estas tres reglas nos hará sentir más a gusto y nos alejará del estrés que con frecuencia lleva a la procrastinación. Además, dormir menos, te hará dormir más en los momentos en los que debes producir, igual pasa con comer menos o más, y en los momentos inapropiados.

Cambiar es posible, por muy difícil que parezca, pero es necesario cambiar cuando nuestros esquemas actuales nos halan hacia un estilo de vida poco saludable en el que la pesadez ante los deberes es la regla. Debemos hacer todo lo posible para alejarnos de este estilo de vida, y estas 4 estrategias son un muy buen primer paso.

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Fuente:

La Mente es Maravillosa