Hay una gran diferencia entre aprender algo para olvidarlo a la semana y aprender algo que se queda contigo para siempre. Se podría decir que es la diferencia entre el conocimiento y la sabiduría; una es temporal y sólo sirve para almacenar información que no nos interesa y la otra es una herramienta que nos permite entender cómo funcionan las cosas.

Cuando vamos en la escuela y estudiamos asignaturas que no nos interesan, hacemos lo posible por retener la información el tiempo suficiente para el examen y después no nos importa si lo olvidamos, pero imagina que existiera una forma de recordar esas cosas que, incluso si no son vitales para nuestro día a día, son parte esencial del conocimiento humano.

Para eso está la técnica Feynman, creado por Richard Feynman, un físico teórico estadounidense que trabajó en la mecánica cuántica y cuyas aportaciones a la teoría de la electrodinámica cuántica, así como la física de partículas, le han dado un lugar especial en la historia de la ciencia,

Feynman no creía ser una persona sumamente inteligente, pero sí creía que su método le permitía aprender lo que quería, racionalizarlo de modo que pudiera explicarlo incluso a un niño e integrarlo en estudios complejos como los antes mencionados.

Fuente: Wikipedia

Paso 1

Escribe en una hoja de papel el nombre un concepto que quieras aprender. Aunque muchos lo enfocan en matemáticas y física, puedes escribir el concepto de cualquier rama del conocimiento que desees aprender.

Paso 2

Escribe una explicación simple. No tienes que irte por las ramas y dar una cátedra acerca de lo que quieres saber, simplemente una frase que reúna los elementos necesarios para que abarque la totalidad de la idea está bien.

Paso 3

Lee la definición y encuentra tus puntos débiles, esas palabras que no puedes ni siquiera articular bien, las que no tienen sentido o las que hacen que algo tan simple como una oración se vuelva complejo. Ataca los puntos débiles, lee, investiga, mira videos en Youtube y documentales. Esto es lo mismo que estudiar, pero en lugar de vagar con una pequeña antorcha en un basto y negro mundo, estás llegando precisamente a los lugares que debes reforzar.

Paso 4

Usa analogías simples, metáforas, diagramas y más. Convertir la información dura y fría en algo más creará una conexión con ella, será más fácil que lo recuerdes y además, al darle otro sentido, podrás ver cómo se puede ejemplificar en la vida real.

Estos métodos te pueden ayudar a aprender programación, matemáticas, física, pero también biología, teoría del arte, psicología y más. Recuerda las palabras de Einstein:

“Si no lo puedes explicar de manera sencilla, no lo entiendes lo suficiente”.