La costumbre de utilizar dispositivos móviles como el celular o una tablet antes de dormir es compartida por muchas personas. En la vorágine de la rutina, el momento de ir a la cama parece ser el único espacio de tiempo en el que podemos ver esa serie que nos gusta o navegar por las redes sociales libremente. Sin embargo, éste es un hábito que afecta nuestra salud y que se recomienda erradicar.

Un grupo de alumnas de la UBA (Universidad de Buenos Aires) realizó una campaña de bien público llamada “Tu Zona de Confort” para conscientizar acerca de cómo el uso de pantallas afecta la calidad de sueño. Tras realizar una serie de encuestas a jóvenes de entre 18 y 29 años encontraron  que a pesar de que quieres participaron dormían la cantidad de horas necesarias para tener un buen descanso (de 6 a 8 horas, según la OMS), igualmente se sentían cansados durante el día.

Al preguntarse cuál era el factor que afectaba la calidad de sueño de los encuestados, las autoras de la campaña indagaron sobre el uso de pantallas. El 90% del público encuestado respondió que duerme con su celular al lado, y el 70% afirmó que lo usa antes de ir a dormir.

El reflejo de luz sobre el globo ocular que genera el uso de pantallas inhibe la producción de la hormona melatonina, encargada de regular el sueño, generando una latencia más prolongada del mismo. Los afectados tardan más en dormirse, disminuyendo la eficacia del descanso y aumentando el cansancio y la fatiga. Por otro lado, el cerebro es estimulado por los contenidos consumidos, como pueden ser videos, series o películas.

Dormir con estos dispositivos cerca tampoco es lo ideal aunque la pantalla esté apagada, ya que genera que el cerebro se mantenga en un estado de alerta permanente debido a la posibilidad de la llegada de mensajes o llamadas.

A partir de la consigna “¿Por qué decidís empezar cuando deberías terminar?”, las autoras de la campaña promueven que las personas apaguen el celular mínimo una hora antes de acostarse como solución a la problemática. Es un cambio de hábito simple pero a la vez determinante para mejorar la calidad de sueño de las personas.

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