Tal vez te sientas un poco perdido, y no sepas muy bien hacia dónde está yendo tu vida. En esos casos, uno suele decir “necesito cambiar”. Sin embargo, esa es una frase muy ambigua que puede contener pensamientos muy negativos.

Lo importante no es cambiar porque sí, sino descubrir qué pequeños hábitos podemos incorporar o modificar para sentirnos mejor, disfrutar más el día al día, y aprovechar mejor nuestras virtudes.

Por eso, te proponemos una serie de cambios que puedes ir aplicando semana a semana durante un mes. Verás que, una vez terminado, todo a tu alrededor se sentirá distinto ¡Y tendrás muchas ganas de seguir así!

Semana 1: Energía

Levantarse temprano

El primer paso que hay que dar es cambiar ciertos hábitos en relación al cuerpo y al uso de la energía.

Tengamos en cuenta que nuestra energía vital es limitada, por lo que debemos encontrar la manera de utilizarla para cumplir nuestros deseos, y no desperdiciarla sin sentido.

1. Levantarse temprano

Empezar el día un poco antes de lo previsto puede parecerte desalentador, pero seguramente sea porque no tienes nada increíble que hacer por la mañana.

Intenta levantarte una hora antes de lo que lo vienes haciendo, y dedícala íntegramente a algo que te guste y te haga bien: leer, meditar, hacer yoga, escribir… Para esas cosas que te gustan pero para las que nunca encuentras tiempo.

Verás cómo el hecho de levantarte temprano empieza a resultarte motivador.

2. Buena alimentación

La comida chatarra, el alcohol y el exceso de dulces no sólo atentan contra nuestro peso y nuestra figura. También consumen mucha de nuestra energía, ya que al cuerpo le resulta difícil digerir dichos alimentos.

Empieza a reducir, poco a poco, el consumo de los alimentos poco saludables nos hará mantener más altos nuestros niveles de energía.

3. Ejercicio

Hacer ejercicio tiene muchas ventajas. Además de ayudarnos a mantener el cuerpo en forma, libera dopamina, lo que mejora nuestro humor. También, aunque parezca paradójico, nos hace sentir más enérgicos.

Semana 2: Limpieza

Ordenar espacios

Hace una semana que tienes más tiempo y más energía porque estuviste poniendo en práctica los consejos anteriores. Ahora, es momento de usar este tiempo extra y esta energía para limpiar: tanto los espacios como el espíritu.

4. Limpia el espacio

Tómate el tiempo suficiente para limpiar tu hogar de manera profunda. No se trata sólo de pasar la escoba: también es necesario desprenderse de lo innecesario.

Repara lo que está roto, tira lo que no sirve, y dona lo que sirve pero ya no usas. Para tener más y mejor espacio, es necesario quedarse sólo con lo imprescindible.

5. Pasa en limpio tus objetivos

Todo lo que está en tu mente, ocupa espacio. Aquello que dijiste que ibas a hacer en algún momento y no hiciste sigue ocupando espacio en tu cabeza, y te impide avanzar en otros asuntos.

Por eso, este es el momento de pasar en limpio tus objetivos y tomar una decisión. Separar los que siguen siendo importantes de los que no. Estos últimos, táchalos de la lista y quitalos de tu cabeza.

Así, sólo quedarán los verdaderamente importantes: es hora de ponerse en marcha a por ellos.

6. Limpia tu entorno

A veces gastamos demasiado tiempo y esfuerzo en personas o situaciones que realmente no valen la pena.

Saber soltar es lo que te hará crecer. Atrévete a decir que no, no tengas miedo de alejarte de las personas que te lastiman, haz las cosas cuando lo sientas y cuando no, simplemente no lo hagas.

Semana 3: Planes

Hacer planes

Ahora sí. Te sientes mucho más liviano y con más energía. Es el momento de enfocarte en tus verdaderos deseos.

7. Escribe tus metas

La semana anterior decidiste qué era lo verdaderamente importante para ti. Ahora, toma papel y lápiz y ponlo en palabras.

Desglosa tus grandes objetivos en otros más pequeños, y pasa a la acción. No importa que empieces por lo más chico: pero empieza por algo.

Planea en detalle, y escribe qué quieres conseguir en cada uno de los aspectos de tu vida, y qué necesitas para conseguirlo. Tener las cosas claras es la mejor manera de comenzar.

8. Escribe metas “imposibles”

No te limites a escribir sólo lo que sabes que puedes lograr. Imagínate a ti mismo en un contexto ideal, con el dinero, el tiempo y los recursos suficientes. ¿Qué harías entonces?

Escribirlo es una buena manera de tenerlo más presente y saber encontrar las oportunidades necesarias. ¡Quizá te encuentres en un año con la noticia de que has logrado lo imposible!

9. Haz planes cada día

Muchas veces perdemos tiempo y energía en decidir qué hacer cada día. Por eso, es mejor que te tomes un rato cada noche para planificar el día que sigue.

Así, ahorrarás mucho tiempo de decisión y estarás más enfocado en tus objetivos.

Semana 4: Disfruta la vida

Hacer cosas nuevas

Si, para la cuarta semana, has logrado realizar y mantener estos cambios, ya estarás notando cómo las cosas parecen fluir mucho más fácil. El último paso es hacer algunos cambios más grandes, que tal vez en la semana 1 te hubieran resultado imposibles, pero hoy son pan comido.

10. Prueba cosas nuevas

Innovar es una gran manera de descubrir cosas de ti mismo que no conocías. Empieza una nueva actividad, ve al trabajo por otro camino o vea un café al que nunca has entrado.

Hacer cosas nuevas para salir de la rutina es la mejor manera de abrir caminos y posibilidades.

11. Sal de tu zona de confort

Ya has empezado a hacerlo aplicando todos estos cambios a tu vida. Ahora, ve un poco más lejos y enfrenta lo más difícil: tus miedos.

Haz algo que siempre soñaste, pero te da miedo hacer. Vale todo: aprender a nadar, hacer un viaje o tirarte de paracaídas.

Pruébate a ti mismo y descubrirás que eres capaz de mucho más de lo que pensabas.

12. Descansa

Seguramente, después de todo este tiempo, estás tan entusiasmado con la vida que no te tomas un segundo para parar. Pero eso, a la larga, tampoco es bueno.

Tómate el tiempo necesario para relajar, y descansar. Aprovecha ese tiempo para mirar para atrás y evaluar todo lo que has hecho hasta ahora.

¿Notas los verdaderos cambios? ¿Qué es lo mejor y lo peor de todo lo que has logrado? ¿Qué te falta?

Al retroalimentación es fundamental para que este cambio de vida se pueda mantener en el tiempo.