Como sociedad estamos en la búsqueda de nuevos horizontes, discursos, dejando de lado esa confianza ciega que nos conducía a una dirección lineal y univoca hacia el "progreso" y "desarrollo", en conjunto con esa visión que predominaba: naturaleza + seres humanos (sin noción de autopercepción que somos seres de la naturaleza). Si bien la narrativa sigue estando instalada, cada vez surgen más preguntas, más conciencia y el "discurso de la verdad", ya no es tan cierto y la "fé ciega", ya no es tan ciega.

Entonces en este punto, es cuando nos preguntamos: ¿es posible que todos sigamos el mismo modelo de crecimiento "ilimitado" sobre una base de bienes comunes "infinitos"? Gratamente la respuesta al título y la pregunta es un grandioso: no.

Ahora bien, comencemos desmenuzando algunos puntos:

¿Cuál es el modelo económico y productivo actual? ¿Creen que está relacionado con la cuestión del desarrollo como progreso? Y tal vez el progreso con: la tecnología, modernidad, calidad de vida, crecimiento, suponiendo un atraso en aquellos que no lo alcancen, ordenando indudablemente estos conceptos, nuestros sistemas de relaciones y producciones- conocimiento y poder. Si no nos desarrollamos, no salimos de la crisis y no “avanzamos” económicamente, socialmente, culturalmente, y algunos “mentes” más que se te ocurran.

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Continuando, y sin intención de querer fomentar el “anti-desarrollo” (queremos dejar en claro que esa no es la solución, la innovación es la llave del futuro). Este modelo económico supone extraer materias primas y producir, para luego desechar y en nuestro caso (como consumidores) en la diaria: comprar, usar y tirar, siguiendo esta lógica, no es viable a largo plazo, las materias primas no son ilimitadas, el uso no se basa simplemente en esa valorización de descarte. Un gran amigo Douglas dijo “nada es sucio fuera de un sistema de calificación particular en lo que no encaja”.

No hay efecto sin causa, que nos lleva a otras alternativas y aquí es cuando se comienzan a barajar, otras formas: de ser, de estar, de convivir. El mundo nos demuestra que funciona de otro modo, con otras terminologías, y replantearnos este modelo de "mal desarrollo" lineal y univoco que muy por el contrario no nos habla de pluralidades de voces, sino de singularidades, nos llevará a las soluciones un poquito más sanas.

Con ello la aparición del modelo económico circular, tan escuchado, leído y comentado, el cual a diferencia del actual toma como referencia los ciclos de la naturaleza para que sean equilibrados y racionales, utilizando y optimizando los materiales logrando la máxima eficacia posible, básicamente, se tiene en cuenta todo el proceso de vida (en el sentido de la palabra como nosotros la conocemos) de los productos, desde su fabricación, utilización, y descarte creando así un flujo continuo y fomentando la conciencia en el consumidor final sobre las elecciones y preferencias a la hora de consumir algo.

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¿Cómo lograríamos esto? Reduciendo, reparando, reutilizando, reciclando, reflexionando, repensando nuestro impacto y el valor que le damos a las cosas y a la naturaleza. El sentido no siempre debe ser lineal, como todo proceso y hasta en la vida misma, pueden haber re-direccionamientos en el rumbo, jugandonos a darle un buen sentido al futuro. Es un llamado de compromiso a revisar nuestras prácticas que solemos reproducir a menudo. Incluyendo hábitos y sustentabilidades, todos juntos #porunmundomejor.