El morderse las uñas es un hábito bastante común, pero lamentablemente muy dañino. Según algunos estudios, es un hábito más común en las personas perfeccionistas, pero también de quienes son muy duros y exigentes consigo mismosDe hecho, es considerado un trastorno al punto tal que tiene su propio nombre: onicofagia. En general, está relacionado con problemas emocionales, como la ansiedad o el miedo.

Al mismo tiempo, este mal hábito puede traer muchos problemas de salud. Por un lado, hace que los dedos luzcan anormales y descoloridos, además de que la piel de alrededor puede enrojecerse y doler.

También puede acabar problemas respiratorios si se aspira una uña y pasa a los pulmones o queda atascada en la laringe. Lo mismo puede traer problemas estomacales por tragarlas y que pasen al estómago.

[También te puede interesar leer: Los problemas en las uñas y su significado según la Biodescodificación]

Por todo eso es que es importante erradicar la costumbre de comerse las uñas. Como con cualquier hábito que deseamos reemplazar, tienes que saber que es un proceso que lleva su tiempo. Por eso, lo primero que necesitas es estar decidido.

Pero con estos trucos, si ya has tomado la decisión, seguramente te resultará más fácil.

Comerse las uñas

1. Descubre en qué momento del día te comes las uñas

Para eliminar un hábito es importante racionalizarlo, y dejar de hacerlo de manera automática. Cada vez que te descubras mordiéndote las uñas, pregúntate: ¿Qué está pasando en este momento que me llevó a hacer esto?

Tal vez encuentres que siempre acudes al hábito cuando estás aburrido, cuando estás trabajando o cuando algo te genera ansiedad.

Cuando ya sepas mejor qué es lo que te lleva a comerte las uñas, será más fácil estar preparado en esos momentos y cambiar el hábito por otro….

2. Reemplaza el hábito

Si ya has descubierto los momentos en los que te vuelves débil y caes en la tentación de comerte las uñas, puedes probar con reemplazar el hábito por otra cosa.

Si, por ejemplo, te muerdes las uñas cuando estás ansioso, puedes probar consiguiendo una pelota para apretar con las manos. O puedes pensar en usar un spinner cuando estás aburrido.

También puedes cambiar el hábito por comer snacks saludables, para saciar las ansias de masticar: palitos de apio, zanahoria. Nunca reemplaces por snacks de otro tipo, pues puede ser contraproducente.

Comerse las uñas

3. Cuida tus uñas

Aunque no lo creas, prestar más atención a tus manos y a tus uñas particularmente te ayudará a abandonar el hábito de morderlas.

Es que tenerlas bellas y arregladas lleva tiempo y esfuerzo, entonces cuando las veas así posiblemente no querrás arruinarlas.

4. Ponte algo desagradable en las uñas

Es un viejo truco de abuela, pero no quiere decir que no funcione. Ponerse algo con gusto amargo o desagradable en las uñas puede hacer que dejes de morderlas; no tanto porque no puedas tolerar el sabor, sino porque sentirlo te recordará que no debes continuar con el hábito.

Como este mal hábito es tan extendido, se han creado esmaltes que tienen un sabor desagradable, aunque utilizarlos constantemente implica exponer al cuerpo a todo lo que sucede cuando te colocas el esmalte de uñas.

Una alternativa excelente es elegir aceites esenciales de árbol de té o el aceite de neem. También puedes aplicar otros productos más domésticos: limón, ajo, o hasta ajíes picantes.

Comerse las uñas

5. Usa protección en las uñas

En invierno, puedes probar con llevar guantes. Además de protegerte del frío, evitarán que te comas las uñas.

También puedes optar por usar uñas postizas. Es una buena manera de poner un obstáculo a la hora de caer en la tentación de morder.

En verano, tal vez sea una solución algo drástica pero si el hábito es un problema demasiado grave, tal vez puedas usar esparadrapos en las uñas en los momentos del día en que muerdes tus uñas más.


Para terminar, repetimos lo mismo que al comienzo: esto son sólo ideas que pueden ayudarte si estás realmente decidido. Pero ten en cuenta que puedes tener momentos de debilidad, y caer de nuevo en el hábito.

No importa. Con fuerza de voluntad y ayudado por estas ideas, un día te darás cuenta que has acabado para siempre con la onicofagia. ¡Sólo hay que dar el primer paso!