La crisis viral ha atacado gradualmente a nuestro mundo y su irrupción no solo va a dejar una interminable lista de casos y desgraciadamente víctimas, sino que además va a suponer un cambio notable en nuestras actividades cotidianas.

De cara a afrontar este reto, la innovación va a jugar un papel fundamental, no presentándose como una apuesta de futuro sino como una necesidad para el presente más inmediato. ¡Esto marcará la diferencia! Y es que todas las crisis, si bien no son acogidas con agrado, nos brindan la oportunidad de reinventarnos.

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En lo que concierne a los restaurantes, estos establecimientos ya están tomando medidas para una nueva realidad que demanda su entrada sin pedir permiso. De la misma manera que el turismo masivo ya no es una opción, en los restaurantes, el número de clientes se verá reducido considerablemente.

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¿Cómo serán los restaurantes?

Las bases se están delimitando, y las distintas regiones y países del mundo, marcarán sus propias normativas. Aunque es seguro que estas serán distintas en función de la necesidad y consideración de cada gobierno, habrá procedimientos comunes a todas ellas.

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Los expertos indican que los cambios serán notorios, siendo los más inmediatos el uso generalizado de guantes y mascarillas, disponibilidad de geles hidro-alcohólicos, instalación de mamparas de protección entre las mesas, reducción del aforo del local, formación sanitaria para los empleados y correcta gestión del material y producto recibido por proveedores así como de su embalaje.

Otras previsibles propuestas a nivel mundial son la prioridad en el pago mediante tarjeta y la desinfección continua del datáfono, la recomendación de manteles de un solo uso y limpieza exhaustiva de superficies.

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Otras acciones puntuales en los restaurantes

También, se pondrá especial atención en el uso del aseo por una única persona y su limpieza al menos seis veces al día. Se eliminarán productos de autoservicio como servilleteros, palilleros o aceiteras (en favor de dosis individuales) así como las cartas de uso común dando prioridad a dispositivos electrónicos, carteles o pizarras.

Además, se deberá aportar al trabajador ubicación definida para cambiarse de ropa y calzado y se le proporcionará equipos de protección individual (mascarillas y guantes) así como gel desinfectante. Por supuesto, se requerirá una revisión de los procedimientos de trabajo, turnos a cumplir y otras condiciones.

El esfuerzo también viene de parte de los clientes

El cliente dará una importancia extraordinaria, no solo a indicadores tradicionales como la calidad de la comida, el servicio y el precio, sino a la sensación de seguridad y limpieza. Los esfuerzos deberán ir encaminados a cómo reportar dicha sensación a nuestros clientes, ya que nos evaluarán por ello cada vez que elijan el restaurante.

El ser humano saldrá a flote y resurgirá con más fuerza que antes. Debemos acostumbrarnos a una nueva realidad. Más que nunca, debemos ser tolerantes, humildes y solidarios, ya que lo que sucede nos atañe a todos.

¡Adaptarse y reinventarse marcará la diferencia!