La prohibición de los vuelos domésticos o de cabotaje en Francia, cuando hay una alternativa en tren en menos dos horas y media, entró en vigencia el pasado martes 23 de mayo, tras reiteradas polémicas.

Esta nueva norma está dentro de la Ley del Clima que el gobierno de Macron aprobó en agosto de 2021 y con la que buscan luchar contra el cambio climático y reducir las emisiones de carbono del servicio regular de transporte aéreo. Una medida que tuvo luz verde por parte de la Comisión Europea y del Consejo de Estado.

El Parlamento francés aprobó una iniciativa del gobierno de Macron para eliminar los vuelos de cabotaje que puedan ser reemplazados por viajes en tren de hasta 2:30 horas.

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A qué vuelos afecta

Esta medida tiene efecto inmediato en los vuelos que conectan el aeropuerto de la capital de París – Orly París- con ciudades medias como Nantes (oeste), Lyon (este) o Burdeos (suroeste), y tiene un período de aplicación de tres años.

El decreto, que no afecta a los vuelos de conexión, obliga a que los trayectos en tren deban tener «frecuencias suficientes y horarios adecuados» que permitan estar al pasajero más de ocho horas en su destino durante el día.

«No obstante, cuando el más importante de estos dos aeropuertos, habida cuenta del tráfico medio registrado en los últimos siete años, esté directamente servido por un servicio ferroviario de alta velocidad, la estación que se tendrá en cuenta para la aplicación de las disposiciones del presente apartado será la que sirva a este aeropuerto», explica el decreto.

La ley ya se aplicaba en la práctica porque el gobierno obligó a Air France a renunciar a estos vuelos a cambio de una ayuda financiera en mayo de 2020, en plena crisis del covid-19.

Tren
El decreto obliga a que los trayectos en tren deban tener «frecuencias suficientes y horarios adecuados» que permitan estar al pasajero más de ocho horas en su destino durante el día.

Más críticas a los viajes cortos

La presión aumenta en Europa para luchar contra el cambio climático y la huella de carbono del transporte está en la mira, por lo que las polémicas, sobre todo con los jets privados, son recurrentes.

En septiembre de 2022, Kylian Mbappé, Lionel Messi y otras estrellas del PSG fueron criticados por viajar en avión a Nantes para disputar un partido, en lugar de un trayecto de unas dos horas en tren.

La polémica aumentó días después cuando su entrenador Christophe Galtier ironizó sobre el tema, asegurando que preguntaron si podrán realizar los trayectos «en carro de vela», junto a Mbappé muerto de risa.

Situación en el resto de Europa

Una medida similar se adoptó en Austria, donde el rescate estatal a la aerolínea Austrian estuvo sujeto a la eliminación de vuelos domésticos que pudieran ser reemplazados por viajes en tren de hasta tres horas. En este caso, y a diferencia de lo que ocurrió en Francia, la suspensión también afectó a los vuelos de conexión.

Medidas como la implementada en Francia están adoptándose o discutiéndose en toda Europa por las consecuencias ambientales de la aviación comercial y sus efectos sobre la crisis climática actual.

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Medidas como la implementada en Francia están adoptándose o discutiéndose en toda Europa, con el foco del debate puesto sobre las consecuencias ambientales de la aviación comercial y sus efectos sobre la crisis climática actual, y en la competitividad del ferrocarril en el segmento de los viajes de corta duración. Amén del citado caso de Austria, la aerolínea holandesa KLM inició en 2019 un proceso de reemplazo de sus vuelos entre Bruselas y Ámsterdam por viajes en tren, mientras que en España activistas reclamaron el año pasado que se tomen medidas similares. Sin llegar a medidas tan drásticas, otros países europeos han ensayado políticas de fomento al transporte ferroviario de larga distancia, con la introducción de nuevos servicios nocturnos (caso de Austria y Suiza) o de la rebaja del IVA a los pasajes de larga distancia (tal el caso de Alemania).