Algunos sentimientos son necesarios de atravesar, incluso lo feos o dolorosos. Casi siempre, son señales que envía el Universo para permitirte crecer y salir más fuerte.

¿Sabías que la batalla que da la mariposa al salir del capullo es la que le da fuerza a sus alas? Si no tuviera que pasar por el doloroso proceso de abrirse al mundo, no podría volar.

Así, hay veces que estás pasando por una situación en la que te sientes mal, y crees que es porque hay algo malo en ti. Pues no, en realidad, es todo lo contrario. Si estás pasando por alguna de estas etapas (o todas) puedes relajarte. No estás mal, simplemente es que estás por dar un gran paso hacia adelante.

¡Suerte!

1. Cuando te aislas del resto

Es normal tener ganas de pasar un tiempo solo de vez en cuando. La familia, los amigos, el trabajo, la casa… Hay días que uno sólo desea dejarlo todo por un rato.

Pero cuando está por haber un gran cambio en tu vida, ese sentimiento se intensifica. La soledad aparece, de pronto, como una verdadera necesidad. Necesidad de conectar con tu interior y priorizar tu propia vida.

Déjate llevar por ese deseo intenso y regálate un tiempo a solas.. ¡Lo necesitas!

2. Sueños intensos y recurrentes

Tener sueños muy intensos puede ser verdaderamente incómodo, especialmente cuando no son agradables. Te despiertas y todavía no puedes despegarte de aquello que estaba sucediendo mientras dormías: todo lo que soñaste parece demasiado real.

Los sueños tan vívidos suelen tener que ver con una fuerte actividad cerebral. Por eso, son indicadores de que tu cabeza ya se está preparando para algo importante que va a llegar.

3. Cambios de humor drásticos

Generalmente, a medida que va pasando el tiempo vamos enterrando algunos sentimientos. ¡Claro! Parece imposible ir por la vida expresando a viva voz todo lo que nos sucede.

Sin embargo, todo lo que no dejas salir se queda dentro tuyo. Y en algún momento vuelve a aparecer, especialmente cuando va a haber algún gran cambio en tu vida.

Estos cambios de humor pueden ser incómodos, pero es la manera en la que tu mente desentierra esos sentimientos para darle lugar a experiencia y sentimientos nuevos.

4. Dejar de esperar cosas de los demás

Generalmente vamos por la vida esperando que los demás, nuestro entorno, hagan cosas por nosotros. Creemos que es allí afuera donde está la felicidad, y sólo tenemos que rodearnos de las personas adecuadas.

Si bien es cierto que es importante que te rodees de gente buena, la verdad es que un momento dejas de esperar que los demás te den lo que buscas. Te das cuenta, de pronto, que sólo depende de ti: de nadie más.

Puede ser feo descubrir que no debes esperar nada de nadie. Pero la seguridad que te da saber que tienes las herramientas necesarias para valerte por ti mismo te hará sentir increíble.

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5. Cuando sientes que ya no quieres a una persona en tu vida

Esto puede ser verdaderamente lo más incómodo de todo. Pero puede que llegue un momento en el que descubras que hay gente que ya no quieres en tu vida.

Incluso puede que se trate de quien fuera tu mejor amigo, o hasta tu pareja. En realidad, aunque sea doloroso, es porque te has vuelto intolerante a la negatividad. Necesitas sacar de tu entorno a aquellas personas que te mantienen anclado en tu lugar.

Como dice Gustavo Cerati: “saber decir adiós es crecer”. Es la dura lección que debes entender para dar lugar a grandes cambios en tu vida.

6. Cuando empiezas a sentirte seguro

Quizá soportabas a esas personas tóxicas en tu vida porque te sentías inferior a ellos. Quizá preferías evitar un enfado a decir lo que pensabas. Ahora ya no.

Las cosas han cambiado, y empiezas a plantarte en tu lugar, sin que te importe lo que piensen los demás. Sentirte más seguro es un gran cambio en tu vida, y augura otros mejores.

Claro que no a todo el mundo le va a gustar que dejes de ser sumiso. No te preocupes: sólo importas tú.

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7. Si también te sientes perdido

Es lógico: las cosas a tu alrededor están cambiando. Puedes sentir que caminas por un terreno peligroso, quizá te parezca que te sientes ansioso o deprimido.

En realidad, sólo es la sensación natural de estar en un lugar desconocido. ¡Tranquilo! Verás que al final del camino todo sale bien.

No estar seguro de por donde vas es signo inequívoco de que has logrado crecer.

Así que la próxima vez que te sientas incómodo con cómo te sientes, recuérdalo: no tienes que resitirte a ese sentimiento, es un paso más para crecer como persona.