Durante nuestros veintes dejamos que la ansiedad nos consuma. Nos damos cuenta que todo eso que creíamos que habríamos hecho para nuestra edad aún está muy lejos de suceder, y al mismo tiempo sentimos que no vivimos lo suficiente para disfrutar de lo que queremos experimentar.

Aunado a eso, a veces mantenemos relaciones tóxicas que han estado toda nuestra vida, nos cerramos a conocer a nuevas personas y nos alejamos de quienes nos hacen felices por ideas preconcebidas de cómo debemos actuar. Pero talvez nuestros veintes no son para mantener el estándar que antes creíamos que debíamos tener, sino para romper cadenas y adentrarnos en una vida nueva.

Fallar

No importa si no eres experto en algo, si no estás dañando a alguien, si está aprendiendo, deberías intentarlo. No deberías dejar que te digan que sólo porque eres joven, no eres capaz de hacerlo. Muchos genios o personas exitosas comenzaron su trabajo a esta edad sólo para convertirse en algunas de las personas más influyentes del planeta.

Perder tu tiempo con personas que no lo valen

Desde las personas que sólo quieren darte su punto de vista y no escuchan el tuyo ni se molestan para entenderte o entender a los demás, hasta las relaciones que tal vez has tenido por años y que te da miedo terminar aunque te estén atando a cosas a las que ya no perteneces. Llega un punto en el que te das cuenta que algunas personas que llamabas amigos ya no te interesan tanto, los gustos, las ideas y las metas han cambiado. Forzar algo que no tiene futuro sólo te hará infeliz.

Vivir a la expectativa de otros

Esto es muy importante con tus relaciones familiares. No debes dejar que lo que ellos piensen de ti cambie tu forma de actuar, te quite la ilusión de perseguir tu sueño o te niegue oportunidades de crecimiento. Muchas veces hay que escuchar a nuestra familia, pero nunca debes actuar como si debieras seguir tu vida sólo porque ellos lo quieren o porque te han ayudado. Debes encontrar la manera de seguir tus sueños y crecer personalmente para darles todo lo que ellos te han dado a ti, pero no debes seguir un camino impuesto.

Avanzar sin un rumbo fijo, aunque sea momentáneo

Debes seguir tu camino, pero si no sabes cuál es, quedarte inmóvil no es una opción. Esta época es para encontrar lo que amas, lo que debes y sabes hacer. No es válido pasar una de las etapas más importantes de tu vida a merced de lo que digan los demás por tu incapacidad para hacer las cosas. Hay miedo al fracaso, a seguir perdidos y a la incertidumbre del futuro, pero si no cambias eso, nunca avanzarás realmente.

Tu impacto en otras personas

Muchas veces vivimos a la expectativa de qué dirán de nosotros, o qué hemos hecho para los demás. En lugar de paralizarte por pensar en eso, actúa. Esta es la edad en la que debes hacer todo lo posible por darte a notar para conseguir mejores trabajos y relaciones, no agonices ante la idea de que no has hecho suficiente, mejor ponte a trabajar.

Las cuestiones existenciales son imposible de alejar de nuestra cabeza, mucho más en ésta época, y no es que debas alejarlas, pero necesitas que en lugar de evitar que hagas algo, sean un motor para que puedas tomar acción.

Fuente:

Thought Catalog