A pesar de que él no puede ver y ella no camina, nada de esto los detiene. Juntos, hacen el equipo perfecto para recorrer cualquier sendero. Separados son increíbles, pero ambos se complementan brindándole al otro lo que no tiene.

Los dos originarios del estado de Colorado, en Estados Unidos, ellos son Melanie Knecht de 30 años y Trevor Hahn de 43 años. Su historia es inspiradora, ya que demuestra que todo es posible con un poco de ayuda.

Desde que se conocieron, Melanie y Trevor congeniaron de la mejor manera, creando una muy linda amistad. Pero, además de eso, se volvieron un equipo. Por lo que desde el 2018 realizan excursiones para disfrutar de la naturaleza.

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Serás mis piernas y seré tus ojos

Seguramente quieres saber más sobre los protagonistas de esta gran historia, pues te lo contaremos.

Melanie nació con espina bífida, condición en la cual la medula espinal no se desarrolla de manera correcta. Debido a esto, ella nunca ha podido caminar. Por otro lado, Trevor perdió la vista en el año 2014, por consecuencia de un glaucoma.

En el 2018, ambos eran parte de un curso de ejercicio adaptativo, donde se conocieron y supieron que serían buenos amigos. Desde entonces, surgió la idea de hacer equipo para disfrutar de la naturaleza.

Como Melanie no puede caminar, Trevor la carga en su espalda, volviéndose como sus piernas. Mientras que, al mismo tiempo, ella lo guía, logrando seguir el camino a pesar de no poder ver. Es decir, se convirtió en sus ojos.

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Las excursiones de Melanie y Trevor

Para poder realizar las rutas de manera cómoda, la empresa Freeloader les diseñó un portador personalizado a la medida. En este, Melanie queda bien sujeta a la espalda de Trevor y él la carga sin ningún problema.

La sensación de libertad que les proporcionan estas excusiones a ambos, es impresionante. Como la misma Melanie lo dijo en una entrevista a Outside, dejar la silla de ruedas que ha usado durante toda su vida, no tiene comparación.

Mientras que para Trevor es como si pudiera ver todo el paisaje, ya que está ahí, en contacto con este, oliéndolo y escuchando con atención cómo Melanie lo describe. Pues, su compañera no solo lo guía, sino que también narra todo lo que observa alredor.

Además, lo mejor de todo, es que no se sienten como una carga. Ya que cada uno juega un papel importante en el equipo, en ese momento, solo dependen de ellos, si uno se equivoca, los dos caen. Por lo que se sienten como uno mismo.

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¿Qué te parece este gran equipo? Impresionante, ¿no? Déjanos tus comentarios.