Su nombre era Gene Tierney y alguna vez comentó sobre los peligros de ser la mujer más bella en la historia del cine. Ella vivió los años del cine en blanco y negro, con actuaciones que han quedado en la memoria del séptimo arte.

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Gene Tierney, una de las más bellas de Hollywood

Nació en 1920, en Nueva York. El productor Darryl F. Zanuck, alguna vez, dijo que era ella: “incuestionablemente la mujer más bella de la historia del cine”. Esa etiqueta se quedó en Gene, quien sigue siendo recordada por su donaire.

Era elegante, con una educación en Europa, que le daba un aura de refinamiento. Empezó a actuar en teatros a su regreso de Suiza. Ella era magnética, con un talle de reloj de arena que encajaba sutilmente en los corpiños de los años 40.

El rostro de Gene Tierney hipnotizaba a quienes la miraban. Estaba bendecida con unos ojos azules claros y un rostro tan simétrico como inquietante. Parecía una muñeca, pero su aspecto se combinaba con una gracia para mirar que robaba suspiros inmediatos.

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Fuente: Cinescopia

Un estrella del cine negro

Muy recordada en filmes como El fantasma y la señora Muir (1947), El filo de la navaja (1946) y Que el cielo la juzgue (1945). Su elegancia no era para la comedia, su rostro hechicero la hicieron perfecta para los misterios del cine negro.

Muchos años después, en 1979 ella dijo: "Siempre he necesitado creer que mi carrera sobrevivió más que mi apariencia. No tengo un significado más profundo para sondear, no tengo sentido para hablar de belleza y locura”.

Cuando bajó su fama, estuvo en centros de salud mental. Pero, se topaba con algo: le decían que la locura y la depresión eran para “gente fea”. Era como si aceptasen que ella pudiese sentirse mal, que su belleza no le daba derecho a decaer.

También, se quejó de las secuelas de belleza. Muchos la buscaban. El propio Kennedy la pretendió y esa relación le causó problemas. Algún director, o productor, se vio lleno de celos y la maltrató por preferir al político que a ellos.

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Fuente: Diario de Burgos

Las épocas y los estándares de belleza

Sí, era bella. Pero, Gene Tierney tuvo algo más: gozó de la belleza que gustaba en su época. Ella no vivió los tiempos finales del siglo XX, cuando los jeans holgados y el desenfado fueron aceptados como signos de hermosura.

Gene Tierney parecía hecha para su tiempo: delgada, elegante, refinada en extremo, como una princesa de cristal. La sensación de enigma que emanaba su rostro era ideal para un cine en tonos grises, donde el aire de misterio creaba un tipo de estética.

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¿Has visto las películas donde actúa Gene Tierney? Ella murió en 1991, pero ha quedado en la historia del cine. Su hermosura cautivante sigue latiendo en los largometrajes que protagonizó, perenne como una rosa de piedra, aunque con las espinas invisibles de la belleza.

Fuente: BBC.