En el sureste dela India los padres con una familia numerosa reciben una gran oferta: envía atu hija a las fábricas textiles donde se les pagará bien, tendrán una cómodavivienda, tres deliciosas y nutritivas comidas al día, y si tienen determinación, unaeducación escolar mejor de la que pueden esperar en el pueblo en el que viven.La realidad ya la podrás imaginar: explotación infantil que raya en laesclavitud.  

No es un cuento,es el reporte de The Guardian, respaldado por UNICEF, acerca de laexplotación infantil en la industria de la moda. ¿Qué esconde esa ropa que cadavez parece más barata en los aparadores de los centros comerciales? La pérdidade identidad y el hacerte sentir fuera de tendencia en muy poco tiempo es sólola superficie de una realidad bastante oscura.    

India

Dicen que poco a poco las cosas cambian, pero aún si las campañas de H&M para reciclar 178 millones de playeras en un lapso de tres años no se comparan con las cerca de 600 millones de prendas que producen anualmente y las toneladas de químicos que contaminan las aguas y afectan la salud de las personas cercanas a las fábricas.  


El costo al medio ambiente

Medio ambiente

Con el gasto energético que toma producir ropa a nivel mundial, la industria es responsable del 10 % de las emisiones de carbono. El poliéster está presente en cerca del 60 % de la ropa del fast fashion y mientras las marcas de ropa continúan creciendo, también lo hace la huella de carbono de la industria. A pesar de las campañas de concientización a los usuarios, donde se les pide que no tiren su ropa rápidamente, las grandes marcas fabrican sus prendas exactamente para que no resistan más que algunos meses.   

La explotación infantil

trabajadoras

No se trata sólo de buscar mano de obra barata. Mientras en Estados Unidos, a una marca le costaría cerca de 7.47 dólares fabricar un pantalón de mezclilla, en China sólo pagaría cerca de 33 centavos e incluso en Bangladesh podría bajar hasta los 22 centavos. Además de que la mano de obra es más barata, los niños reciben aún menos dinero y eso no es todo; la presión es tal que los pequeños son convencidos de que se encuentran ante una gran oportunidad para salir adelante, todo esto sin saber que los contaminantes pueden provocarles cáncer más temprano que tarde.  

La contaminación de los mares

Tras hacer estudios en su laboratorio de la Universidad de Exeter, Greenpeace determinó que las ropas de Zara contienen químicos “tóxicos” y “muy tóxicos” como el nonilfenol, que es muy peligroso para la vida acuática.  

Parece increíble que con la existencia de tantas máquinas, aún se necesiten niños para coser la ropa, pero en la búsqueda de eliminar esto (y de salvar muchos millones de dólares) la empresa SoftWear Automation presentó a LOWRY, un robot capaz de reproducir casi con exactitud los patrones humanos al momento de coser y producir las mismas playeras que 17 trabajadores en una hora.  

Muchos dicen que eso dejará sin trabajo a millones de personas en Asia, pero se trata de explotación infantil que debe ser frenada inmediatamente. ¿Tú estás de acuerdo?