Ante su peor rebrote de la pandemia, Nueva Zelanda opta por un nuevo modelo de gestión contra el COVID-19. El gobierno de Jacinda Ardern defendió este jueves su estrategia de eliminación total del virus ante los temores de que esta política “covid cero” sea inefectiva ante la contagiosa variante Delta.

El primer caso de esta cepa aparecido en Auckland la semana pasada terminó con seis meses sin infecciones locales en el país. Provocando el mayor brote del país desde el inicio de la pandemia, con 277 contagios.

Pese a la alta transmisibilidad de esta variante, Ardern aseguró que los expertos sanitarios neozelandeses recomiendan seguir la estrategia. La cual tiene como objetivo eliminar completamente el virus del país insular como ya hicieron meses atrás.

“En su opinión, no solo es posible, sino que es la mejor estrategia y yo estoy completamente de acuerdo”, dijo la líder neozelandesa este jueves, tras anunciar 68 nuevos casos locales.

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¿Podra Nueva Zelanda erradicar el virus?

El homólogo australiano de la mandataria, Scott Morrison había dicho esta semana que es “absurdo” tratar de eliminar esta contagiosa cepa.

“Nueva Zelanda no puede hacerlo”, aseguró.

Australia siguió una política de Covid-cero durante aproximadamente 18 meses, pero los brotes descontrolados del Delta significan que algunas autoridades allí ahora están hablando más de contención que de eliminación.

Nueva Zelanda opta por un nuevo modelo de gestión contra el COVID-19, ante su peor rebrote

Morrison dijo que los encierros “no son una forma sostenible de vivir en este país” e instó a los estados a abrir sus fronteras una vez que las tasas de vacunación alcancen el 80% de la población de 16 años o más.

Por sus parte, Ardern dijo que “no le preocupaban” tales cuestionamientos. Señalo que el éxito de una respuesta pandémica en Nueva Zelanda que ha resultado en sólo 26 muertes entre una población de cinco millones.

La mandataria también reconoció que la variante Delta ha provocado cambios en la estrategia. Tales como la aplicación más precoz de un confinamiento nacional y cribajes más extendidos. Sin embargo, mantuvo su objetivo de eliminar el virus del país. Dijo que los modelos sugirieron que el brote debería alcanzar su punto máximo en unos pocos días y luego disminuir.

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Una de las razones por las que los encierros se consideran esenciales en Nueva Zelanda es que la tasa de vacunación sigue siendo baja, con solo alrededor del 20% de las personas completamente vacunadas. El cierre estricto significa que la mayoría de las personas deben permanecer en casa y salir solo para comprar alimentos o medicinas, o para hacer ejercicio.

“Nadie quiere confinamientos para siempre, no es nuestra intención (...) Pero por ahora, mientras vacunamos, la eliminación (del virus) es nuestra intención”

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