El planeta es un ser vivo: la dimensión espiritual del cambio climático

En el marco de la COP 25 que sucedió el pasado diciembre, el ex economista ambiental, ecologista y guía espiritual Alfredo Sfeir compartió sus interesantes puntos de vista con la revista chilena Nuevo Mundo, mostrando la relación entre la espiritualidad y el cambio climático.

En la misma, plantea la necesidad urgente de un cambio de paradigma que aborde un “camino espiritual colectivo y una conciencia colectiva planetaria”. Para Sfeir, la única forma de hacer frente a la crisis climática es comprender que los desafíos que conlleva no son puramente económicos, científicos y políticos, sino también espirituales, éticos y morales.

“El planeta no es una cosa, sino un ser vivo, que tiene conciencia, quizás tanto o mayor que la humana”, sostiene en la entrevista y, en base a esta concepción, plantea dos leyes fundamentales para comprender la relación entre la humanidad y la crisis del medio ambiente.

La primera asegura que las acciones externas no son las únicas para actuar a favor del planeta e invita a reconocer la realidad interior de cada ser humano y las interacciones entre el medio ambiente interno y el medio ambiente externo. Como ejemplo, observa que así como el aire contaminado afecta nuestro sistema respiratorio, las emociones desequilibradas también lo hacen.

La segunda ley plantea que el bienestar individual está totalmente conectado al bienestar colectivo, de los seres humanos, los animales y todos los seres sintientes y de la naturaleza. Por ello, la importancia vital de crear una sociedad compasiva con valores colectivos orientados al ecofeminismo, la economía del cuidado y, especialmente, a la educación del ser (del cuerpo, mente y alma y no solo de la mente).

personas de todas las edades se abrazan al aire libre

“El gran desafío hoy es hacer las paces con la naturaleza, con el medioambiente. Para ello, necesitamos una nueva conciencia, un nuevo liderazgo y una nueva forma de hacer economía, tanto política como social. Necesitamos nuevas instituciones y nuevas formas de democracia”, afirma Sfeir.

Al nuevo paradigma inminente lo llama el “Desarrollo Sostenible con una Ciudadanía Empoderada”, un camino que defiende que el planeta es una unidad total y viva, que respeta a todos los seres vivos y considera que la naturaleza posee una sabiduría intrínseca.

En miras hacia ese desarrollo, cree que el mayor desafío es la acción colectiva, en una sociedad con claras tendencias materialistas e individualistas y orientada al “crecimiento económico” que fomenta maneras no armónicas de vincularnos con el planeta.

“La destrucción material del cambio climático nos afecta a todos, y afecta más fuertemente a los pobres y a los más vulnerables. Lo material es importante, sin embargo, debemos tener presente que no somos seres materiales. Somos seres espirituales viviendo una vida material”, sostiene Sfeir.

En base a esta concepción, el ecologista y guía espiritual invita a cultivar la consciencia espiritual colectiva y a reconocer que “todos somos responsables de nuestro planeta. Es una responsabilidad que va más allá de nuestra generación; una responsabilidad que va más allá de las fronteras de un país; una responsabilidad que abraza el bienestar de todos”.