En una granja intensiva, Liam estaba destinado a morir por una deformación en sus patas traseras. Pero su vida dio un giro inesperado cuando una joven que colaboraba en la granja lo vio y decidió salvarlo. La joven, que tenía por costumbre tratar con amabilidad a los cerdos, se negó a dejar que Liam fuera sacrificado y lo llevó consigo.

La deformación de Liam, conocida como "splay legs", es común en los lechones y se corrige colocando las patas con cinta aislante. Sin embargo, en el caso de Liam, la cinta se incrustó en su piel, causando una infección que llevó a la amputación de una pezuña. Debido a esto, ya no era considerado útil en la granja.

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En su nuevo hogar en el Santuario Gaia, Liam recibió los cuidados y la atención que necesitaba. A pesar de sus problemas de salud, Liam demostró tener una personalidad increíble. Fue criado a mamadera y desarrolló una fuerte conexión con otro cerdo rescatado, Miguelito. Los dos se convirtieron en grandes amigos y se hacen compañía mutua.

A lo largo de los meses, Liam recibió tratamientos para su pierna, incluyendo una prótesis hecha especialmente para él. Con su nueva prótesis, Liam puede caminar y disfrutar de la hierba y el sol en su recinto. Cada día, Liam y Miguelito reciben un desayuno especial y salen a pasear juntos.

La historia de Liam es un recordatorio conmovedor del valor y la capacidad de los animales para experimentar amor, amistad y alegría. A través del cuidado y la compasión, Liam encontró una nueva vida llena de dignidad y bienestar.

Fuente: La Nación.