El misterio del perro que apareció nadando a 200 kilómetros de la costa de Tailandia

Una historia que sucedió en el golfo de Tailandia está emocionando a todo el mundo. Un perro fue encontrado por los trabajadores de una plataforma petrolera, nadando solo en el medio de alta mar.

Todo indica que el perro nadó 217 kilómetros, ya que llegó hasta un punto que tiene exactamente esa distancia de la costa. El canino fue encontrado cerca de la plataforma, frío y temblando, sin ninguna indicación de cómo llegó allí.

Publicada por Facebook en

[También te puede interesar: Este perro espera incasablemente a su dueño en el hospital, sin saber que falleció]

Vitisak Payalaw, quien trabaja en la plataforma como un planificador a mar abierto de Chevron, cuenta que los compañeros del personal vieron al perro nadando hacia la plataforma en la tarde del 12 de abril, y le tendieron una pértiga. Pero, golpeado por las olas, no pudo subir. Su intentos de agarrarse fracasaron en repetidas ocasiones.

Payalaw publicó el vídeo que después fue noticia, además de las fotografías en las que se veía al animal aterrado y cansado mientras se aferraba a la base de la plataforma. En las imágenes se observa el cambio en la mirada de este misterioso perro, la alegría y la esperanza.

Publicada por PlayGround

“Pensé que si no nos movíamos rápido, no podría ayudarlo”, cuenta Payalaw. “Si perdía el control, sería muy difícil asistirlo”.

Payalaw describió cómo el perro simplemente se mantuvo en silencio, mirando a los trabajadores.

“Sus ojos estaban tan tristes. Simplemente siguió mirando hacia arriba, como que si dijera: ‘Por favor, ayúdame'”, explicó y agregó: “En ese momento, quien quiera que viera esto, habría ido a ayudarlo”.

Publicada por PlayGround

Entonces los trabajadores decidieron lanzar una cuerda alrededor del perro y levantarlo.

[También te puede interesar: Estudio demuestra que perder a tu perro es igual de difícil que perder a un ser querido]

Una vez a bordo, bañaron al can y le dieron un poco de agua fresca y comida, y lo llamaron Boonrod, que significa “sobreviviente”.

“Parecía extremadamente agotado y se quedó sin energía. No se movió mucho. Estaba temblando y no podía pararse, tenía que estar sentado todo el tiempo”.

Boonrod, de una raza originaria de Filipinas conocida como Aspin, fue devuelto al continente donde fue recibido por la organización benéfica Watchdog Tailandia, para luego ser trasladado a una clínica de animales en la provincia de Songkla, y recuperarse completamente.