Cuando una relación se rompe y dos personas deciden separarse, se abre un proceso personal para cada una que puede llegar a ser muy distinto.

Hay algunas personas para las que separarse pareciera ser algo orgánico, dan vuelta la página y están más predispuestos a lo nuevo.

Pero para otras, aún cuando la decisión haya sido consensuada, cortar un vínculo les cuesta más tiempo.

Los procesos personales largos y profundos pueden desatar frustraciones. “Por qué todavía no puedo olvidar?”, “Por qué aún lo/la extraño si seguramente él/ella ya siguió su vida?”.

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Estas preguntas no son tan simples como parecen. No siempre lo que sentimos como extrañar a alguien tiene que ver con seguir amándolo.

Por eso, si estás por llamar o escribirle a tu ex, primero lee estás razones con las que te puedes estar confundiendo.

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Costumbre

Es muy común confundir que extrañas a tu ex porque aún lo amas, con la costumbre. Las rutinas, los hábitos (incluso de los que nos quejábamos) son difíciles de cambiar. Pero no imposible. Quizás extrañas que haya alguien ahí, dormir con otro, desayunar un domingo, o lo que sea. Pero eso puedes hacerlo más adelante con otra persona, no es exclusivo de tu ex, aunque ahora pueda parecerte que sí.

Miedo

Otra de las razones falsas de extrañar a tu ex es el miedo: miedo a estar solo, a fracasar, a lo desconocido, a lo nuevo, etc, etc. Frente al miedo, siempre buscamos refugio en lo conocido, aunque sepamos racionalmente que no nos hace bien. Pero una vez que lo trasciendas te sentirás más seguro, y verás que ese extrañar era más bien una excusa de tu ego para no salir del lugar de comodidad.

Falta de amor propio

Otra de las cosas que puedes confundir con extrañar tiene que ver con la falta de amor propio. Para entender mejor esto piensa que lo que depositamos en el otro en verdad es una proyección, un espejo. Si buscamos que el otro constantemente nos acepte, nos ame, nos de cariño, hay algo que no estamos haciendo personalmente primero con nosotros mismos. Una vez que logremos ese amor propio, no buscaremos al otro desde la necesidad, sino desde el deseo, desde la elección.

Idealización

Pasa muy a menudo que al separarse, los recuerdos de buenos momentos se potencian. Pero a veces eso tiene más que ver con una idealización que con un extrañar real. Y esa idealización es lo queremos e imaginamos de lo que es estar en pareja, de lo que nos haría feliz. Si tomamos conciencia de eso, la idealización puede ayudarnos a darnos cuenta de que queremos de verdad.

Angustia

Todas las personas, psicológicamente hablando, estamos incompletas y tendemos a buscar quien cubra de alguna manera esa falta. Pero, cuando no hay otro es cuando la angustia surge. Y nuestros miedos e inseguridades más antiguos aparecen. No es fácil lidiar con esa angustia, y en la búsqueda de calmarla quizás puedas volver a tu ex para que, al menos por un momento, te haga olvidarla. Pero eso no es un extrañar genuino ni significa que aún lo ames.

Por todo esto, si aún estás pensando en tu ex, primero tómate el tiempo y el espacio para estar contigo y sentir si realmente es desde el amor o desde el miedo que lo extrañas.