A la hora de hacer ejercicio, la mayoría de las personas sólo piensa en la estética. Sin embargo, trabajar los abdominales no solo es importante para lograr una panza plana y para verse mejor. Estos músculos ayudan a que la columna vertebral tenga la curvatura correcta. Es por eso que tener un torso fuerte puede mejorar la postura y reducir el dolor de espalda. Además, como los abdominales envuelven y sostienen los órganos, al trabajarlos se logra mejorar la digestión y el funcionamiento de los intestinos.

Para aquellos que nunca lo practicaron, el yoga puede parecer demasiado relajado como para tonificar los músculos. Pero esto no es más que un mito, ya que casi todas las posturas requieren que los abdominales estén comprometidos para lograr estabilidad.

Con estos ejercicios lograrás fortalecer tus abdominales mientras mejoras tu flexibilidad y liberas el estrés. Al hacerlos, concentra toda tu atención en tu torso para trabajar los músculos correctos.

1. La plancha

Acuéstate boca abajo y apoya tus palmas a la altura del pecho. Eleva tu cuerpo estirando los brazos. Procura mantener la espalda recta y contraer los abdominales. Debes sostenerte con la punta de tus pies. Mantén la postura entre uno y tres minutos. Repite de 5 a 10 veces.

2. La plancha con codos

Es una variante de la postura anterior. En este caso, en vez de apoyar tus palmas, debes sostenerte sobre tus codos y la punta de tus pies. Contrae los abdominales para mantener la espalda bien derecha. Debes formar una línea recta con tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies. Mantén la postura entre uno y tres minutos.

3. El árbol

Coloca todo tu peso sobre tu pierna izquierda. Eleva tu rodilla derecha hacia tu pecho. Tómate el tobillo y apoya la planta del pie derecho sobre el lado interno de tu muslo izquierdo. Contrae bien los abdominales para mantener el equilibrio. Si te sientes estable,  junta tus palmas a la altura del pecho y eleva los brazos lentamente. Te ayudará fijar la vista en un punto específico. Mantén la postura por 10 respiraciones profundas y cambia de pierna.

4. El barco

Siéntate en el suelo con las piernas extendidas. Flexiona las rodillas y eleva tus piernas llevando las rodillas hacia tu pecho y manteniendo las pantorrillas paralelas al suelo. Acomódate e inhala mientras estiras tus piernas lentamente. Estira tus brazos de manera tal que tus palmas queden a los lados de tus rodillas. Procura tener la espalda recta en todo momento y concéntrate en contraer los abdominales.


5. El puente

Recuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas. Sujeta tus tobillos con tus manos. Inhala y eleva tu cadera tanto como puedas, sin despegar los pies del suelo.

6. Ángulo lateral en torsión

Junta tus palmas delante de tu pecho, como si estuvieras rezando. Adelanta tu pierna izquierda y dobla la rodilla para formar un ángulo de 90°. Tu pierna derecha debe estar bien estirada. Contrae los abdominales y rota tu torso hacia la izquierda. Manteniendo la espalda bien recta, inclínate sobre tu pierna izquierda y apoya tu codo derecho sobre el muslo. Gira el cuello para mirar al techo por encima de tu hombro izquierdo. Mantén la postura por 10 respiraciones bien profundas. Vuelve a la postura inicial y repite con la otra pierna.

7. El cuervo

Ponte en cuclillas y apoya tus manos sobre el suelo. Tus rodillas deben estar lo más cerca posible de la parte de arriba de tus brazos. Separa los dedos de tus manos para que puedas sostenerte bien y, lentamente, levanta tus pies para separarlos del piso. Mantén la postura por cinco respiraciones.

8. Guerrero III

Párate con los pies juntos. Inhala mientras extiendes tus brazos para formar una “T” con tu cuerpo. Exhala mientras llevas tus brazos y tu torso hacia adelante, flexionando tu cuerpo por la cadera. Levanta tu pierna derecha y mantenla bien recta. Contrae los abdominales y sostén la postura por cinco respiraciones. Luego, vuelve a la posición inicial y repite con la otra pierna.