*Por Andrea Massoni.

Terminé de leer "Apuntes de un Ambientalista: hacia una Filosofía para la Sostenibilidad" de Maximo Mazzocco. Fue un viaje. A medida que viajaba, estaba cada vez más preparada para lo que venía después. Al principio sentía esa ansiedad de querer más, porque abría tantas preguntas que estaba ansiosa por ver qué respondía.

Me encantó que arrancara los capítulos con las frases y ni hablar del origen de las palabras en distintos idiomas (estudié 3 años de Latín en el colegio así que hasta me parecía un desafío para mi propia mente). No puedo negar que soy de las afortunadas que pudieron estudiar (y un montón), y eso me hizo súper llevadera la lectura y entender claramente la información más dura en términos de números o teorías económicas, declaraciones, ODS, etc. Pero si no fuera el caso, y no hubiera tenido la oportunidad de estudiar tanto como quise, quiero decir que la manera en la que escribe y plantea la información es muy clara, y eso habla de su capacidad y del amor que pone para relacionarse con otros, de su empatía y de sus ganas de que todos puedan acceder a esa información, a esas ideas y de compartir su conocimiento con los demás.

Apuntes de un Ambientalista Maximo Mazzocco Web 2

[También te puede interesar: La bicicleta como medio de transporte ecológico en las ciudades.]

Me gustaron mucho las historias de las personas con las que tuvo algunas conversaciones. La historia de Bernardita me pareció clave, sobre todo porque es una persona que no se daba cuenta de lo que estaba pasando y que quiere ser consciente y actuar en consecuencia. Y eso me lleva a pensar en tantas personas que están en la misma y que necesitan gente como Máximo que los ayude a ver.

Reflexiones como las de Jorge Riechmann y la paradoja de la sustentabilidad me parecieron súper inteligentes y toda la explicación de la entropía y la economía convencional es como un balde de agua fría que está bueno recibir de vez en cuando para recordar cuántas cosas tienen que cambiar de nuestro procesamiento mental, ¿no?

Tratando de resumir… todo el detalle sobre el pangeísmo y sus objetivos y la Declaración de Río están en el momento justo del viaje para hacer una pausa y activar la conciencia al 1000%. Una excelente bajada de información real y concreta para reflexionar a full.

Me reí varias veces porque tengo que confesar que me siento identificada con sus comentarios irónicos, con los chistes que no son chistes, porque son una buena herramienta y un camino para llegar un poco más allá, con un poco de humor. Y tengo que admitir que logró que hiciera el "ja" en voz alta, todas las veces (independientemente de que no lo haya buscado a propósito en ninguna). Ya cerca del final del viaje, me gustó que se volviera a presentar cuando menciona su transformación de ambientalista a pangeísta. Era como empezar a terminar de decantar todo lo que fue escribiendo y qué quería contar de él mismo.

Créditos: Eco House
Créditos: Eco House

[También te puede interesar: Preocupación por criaturas marinas que colonizan islas de plástico del Pacífico.]

Hay algo que tengo muchas ganas de saber y que por alguna razón pensé que tal vez lo iba a leer y no, y es cómo fue su proceso personal en profundidad, cómo lo vivió en su entorno, cómo lo vivió su entorno... Siento que es una persona que tiene el don de llegar a los demás y que si compartiera más su experiencia personal (como la hace en ciertos pasajes del libro), estoy segura de que mucha gente más tomaría conciencia y se animaría a cambiar. Lo que pasa es que no saben cómo… y creo que Máximo es tan claro en la comunicación y en compartir su experiencia que haríamos una revolución.

Quedé ansiosa por leer el próximo.

Muchas gracias por el compromiso, la inteligencia, la sinceridad, la generosidad, la flexibilidad, la empatía, la energía infinitamente positiva (la lista sigue en mi mente) y le agradezco por poner todo eso en cada palabra e idea que escribió. Conseguí el libro ACÁ.