¿Por qué algunos animales, como algunas moscas, viven solo un par de semanas, mientras que otros, como los elefantes, pueden vivir por décadas, o incluso siglos como las tortugas?

Este es uno de los misterios más interesantes de la vida animal, y ha sido parcialmente resuelto por una reciente investigación científica publicada en el Journal of Comparative Neurology (Revista de Neurología Comparada) por la científica Suzana Herculano‐Houzel.

En el estudio, titulado La longevidad y la madurez sexual varían entre las especies con el número de neuronas corticales, y los humanos no son una excepción, la investigadora determinó que el factor más importante para determinar la longevidad de un mamífero de sangre caliente es la cantidad de neuronas existentes en la corteza cerebral. Sigue leyendo para averiguar la relevancia de este estudio.

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Las neuronas corticales son las células que constituyen la corteza cerebral, el tejido nervioso que recubre ambos hemisferios del cerebro, y que alcanza su máximo desarrollo en el reino animal en los primates, a los que pertenecen los seres humanos.

Según la profesora brasileña, la cantidad de neuronas corticales presentes en una especie de mamífero de sangre caliente "predice alrededor de 75 % de las variaciones en la longevidad de las especies", mientras que el tamaño del cuerpo y el metabolismo solo tendrían influencia en el 20 o 30 % restante.

Para llegar a estas conclusiones, analizó más de 700 especies de sangre caliente y sus estadísticas de longevidad, información que luego comparó con la cantidad de neuronas corticales de cada una de ellas. El análisis de los datos le permitió determinar la relación entre ambos factores.

¿Cómo podemos aplicar este conocimiento a nuestras vidas?

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Existe la creencia de que los humanos somos unas "rarezas evolutivas" porque nuestras infancias y adolescencias son sumamente larga comparadas con otras especies, y nuestras vidas se alargan mucho más que otros seres vivos una vez que alcanzamos el periodo de la menopausia, cuando nos volvemos "biológicamente inútiles" al llegar a una etapa infértil.

En realidad, la investigación determinó que los humanos vivimos tanto tiempo como se esperaría de cualquier otra especie con la cantidad de neuronas corticales que nosotros poseemos y no hay nada de "raro" con nuestro desarrollo en madurez sexual.

Por último, la investigación determinó que una de las mejores maneras de alcanzar una vida larga y saludable es mantener la mente activa y a las neuronas corticales saludables y ocupadas.

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