Por Laura Cuesta Cano, Universidad Camilo José Cela

Plataformas que ofrecen todo su contenido en abierto, aplicaciones para hacer zumba, aerobic, yoga o GAP, canales de cocina, de manualidades, de pintura, de DIY o croché en Youtube, memes y vídeos de humor por WhatsApp, Telegram, Tik Tok, Snapchat e Instagram, un ratito para desconectar con el FIFA o para hablar con los amigos del cole en Fortnite…

Desde hace varios días, el confinamiento por la alarma sanitaria Covid-19 hace que miles y miles de familias se encuentren aisladas en sus domicilios con niños, adolescentes y jóvenes, con los que tienen que hacer “encaje de bolillos” para vivir el día a día. Ayudar con las tareas escolares, dotarles de ratos de ocio y juego, seguir educándoles y dándoles amor y, todo ello, sin que se vea afectada lo más mínimo su salud mental.

Pero, ¿cómo se puede controlar el uso de pantallas de nuestros hijos cuando es como si vivieran dentro de un centro comercial y tuvieran todo gratis y a su alcance?

No se puede pensar en el todo vale

Lo primero que hay que tener claro es que no se puede ser extremos (ni ahora, ni en condiciones normales, claro): no se va a conseguir que nuestros hijos estén sin pantallas todo el día, sería utópico e irreal, ni tampoco es conveniente pensar que, por ser una situación excepcional, todo vale y pueden hacer lo que quieran y cuando quieran, y luego ya veremos cómo lo arreglamos.

Cuando se habla de los riesgos que hay al pasar del uso al abuso en la tecnología y cómo un uso abusivo de internet, las redes sociales o los videojuegos puede llegar a producir una conducta patológica (aunque solo el trastorno por videojuegos y trastorno por juego de azar han sido admitidos recientemente en el CIE-11 por la OMS), siempre es recomendable usar estrategias preventivas como realizar actividades de ocio saludable (hacer deporte, paseos con la familia, ir al cine, piscina, etc.) por parte de los menores para alternar con los tiempos de pantalla.

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La dificultad de encontrar ocio saludable en casa

El problema que surge ahora es que mucho de ese ocio saludable es imposible de llevar a cabo dentro de casa. Cuando se tienen hijos pequeños el problema es menor, ya que es más fácil sustituir las actividades al aire libre por manualidades, ratos para pintar o dibujar, juegos de mesa en familia, etc. Pero cuando se debe abordar este problema con adolescentes la cosa se complica, ya que la mayoría de las actividades que les apetece hacer son online.

Por tanto, aunque hasta ahora se hubiesen cumplido a rajatabla las normas y límites, los controles parentales y demás, no hay que obsesionarse ni agobiarse si nuestros hijos pasan más horas al día jugando con la consola, viendo vídeos de YouTube o TikTok o hablando con sus amigos y amigas por Facetime, Skype o Hangouts.

Lo fundamental actualmente para controlar la situación y tratar de que después de todos estos días un uso más elevado de las pantallas en casa no se convierta en un problema es, al igual que deben hacer los adultos, establecer unas rutinas y horarios para nuestros hijos. Pero no hay que ser estrictos, no se trata de que sientan que están bajo “arresto domiciliario”.

Tan solo se debe supervisar que esta actividad y uso de pantallas sea seguro y saludable, que no accedan a contenidos no recomendados para su edad ni se conecten con personas desconocidas, que no compartan información personal y que no entren a páginas de apuestas o juego online.

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Claves para organizar el tiempo de juego online

Entonces, ¿cómo organizar el tiempo y todas las actividades en línea? Algunas ideas para poder confeccionar un horario y que cada familia pueda adaptar sus necesidades y las de sus hijos, dependiendo de sus edades son:

- Levantarse, ducharse y vestirse. Es fundamental e imprescindible que no permanezcan todo el día en pijama, pues tienen que entender que ni están de vacaciones ni enfermos.

- Desayunar y hacer la cama. Ayudar desde pequeños en los quehaceres de la casa les hace asumir responsabilidades y aumenta su madurez.

- Hacer las tareas del colegio, instituto o universidad. Dependiendo de la edad, tendrán más o menos horas de deberes y clases no presenciales cada día, pero es importante que sigan una rutina diaria para hacerlo.

- Dedicar un rato a entretenerse con las redes sociales, jugar con la consola o chatear.

- Ayudar en casa, a poner la mesa o a hacer la comida.

- Descanso, momento de tele o series en familia. Se puede disfrutar de una película familiar o elegir una serie de las diferentes plataformas VOD.

- Tiempo de diversión y/o aprendizaje con cursos online, vídeos de deporte, de baile, de creatividad, etc.

- Ayuda en casa, a hacer la cena, a recoger la mesa, etc.

- Chatear un rato con la familia, los amigos, etc.

- Tiempo de descanso, de estar en familia y de dormir.

Y recuerde: no se frustre si un día, o dos, no se pueden cumplir los horarios; ya se sabe que, a veces, las normas están para saltárselas. Lo más importante es que usted y su familia sean positivos y afronten cada día como un nuevo reto, con ganas y con ilusión. Porque ya sabemos que ¡este virus, lo paramos entre todos!

Laura Cuesta Cano, Responsable de Comunicación y Contenidos Digitales en Servicio PAD. Profesora, Universidad Camilo José Cela

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lee el original.

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