Más allá de las diferencias que pueden tener los distintos países, existen problemas que son comunes en los diversos puntos del mundo: desempleo, pobreza, hambre, conflictos ambientales y territoriales, delincuencia. En ese marco surgieron los Bonos de Impacto Social (BIS).

Pero, ¿qué son los bonos de impacto social exactamente?¿Dónde y cuándo surgieron?¿Cómo pueden colaborar en la resolución o disminución de estas problemáticas que llevan años en el mundo?

Tanto los ámbitos públicos, como privados e incluso las ONG luchan día a día para lograr hacerle frente a las grandes adversidades que enfrenta la sociedad mundial, pero muchas veces los sectores por separado no logran cubrir las necesidades y problemáticas que se dan en las distintas culturas, ya sea por alcance, como por la inversión económica que requieren estas cuestiones.

bonos de impacto social

Sin embargo, si se logra un acuerdo entre los distintos sectores se pueden abordar las problemáticas desde otros enfoques, que sean equitativos. Pero, ¿qué tienen que ver los BIS en este sentido?

Los Bonos de Impacto Social son un acuerdo realizado entre los sectores público y privado a través del cual se implementan soluciones a problemáticas sociales complejas. Para lograr comprender cómo funcionan es necesario remitirse a sus orígenes.

¿Cuáles son los orígenes de los bonos de impacto social?

El concepto de BIS surgió en el 2010 en Reino Unido, cuando la consultora especializada británica, sin fines de lucro, Social Finance, junto al Gobierno firmaron un acuerdo para hacer frente al problema de reincidencia en la cárcel juvenil.

Mediante el contrato el Estado le cedía la administración del programa de convictos por delitos menores de la cárcel de Peterborough, en Londres, con el objetivo de reducir la tasa de reincidencia en delincuencia de los mismos y la población carcelaria: la meta era lograr que 2000 prisioneros que habían cumplido condena no volvieran a caer en el delito.

De este modo, Social Finance se comprometió a conseguir el financiamiento para lograr su objetivo y como resultado, el Gobierno devolvería los ingresos, con un 13% de interés, a quienes habían colaborado con el mismo proyecto, si se alcanzaba una reducción de al menos 7,5% en la tasa de reincidencia.

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Así, el Estado ahorraría presupuesto público, dejando la inversión a la ONG y destinando sólo una parte de los fondos una vez que se vean indicadores de cambio reales, dando nacimiento a lo que se denomina “economía de impacto”.

En ese marco, las personas recibieron asistencia durante 12 meses antes y después de su liberación, siendo exitoso el proyecto: se logró reducir la reincidencia en más de un 8%, siendo uno de los primeros ejemplos de bonos de impacto social.

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¿Cómo es el funcionamiento de los Bonos de impacto social?

Tomando en cuenta el ejemplo anterior, el mecanismo propuesto es el siguiente:

Los Estados plantean los problemas sociales y definen las metas necesarias. A partir de allí se genera un acuerdo entre el Gobierno puntual y un intermediario, en el que se estipulan los objetivos y pagos.

Estos intermediarios, a su vez, contactan a inversionistas como ONG y sectores privados y se coordina con proveedores de servicios, que pueden ser instituciones sin fines de lucro, la implementación de las acciones necesarias para lograr las metas estipuladas.

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De esta manera las sociedades se ven beneficiadas por estos trabajos pautados y a través de consultoras autónomas se evalúa el desempeño de estos acuerdos y el verdadero impacto social del programa. En caso de llegar a los objetivos pautados de manera positiva el Estado pagará al intermediario y los inversionistas reciben el porcentaje acordado.

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Estos bonos dan la opción de poder abordar las problemáticas que, muchas veces, desbordan a los gobiernos, generando un verdadero cambio social, ambiental y cultural, que sea igualitario para todas las personas.

Beneficios y desafíos de los Bonos de Impacto Social

-Llevar a cabo los BIS incrementa la interrelación entre los sectores público y privados y la articulación, ya que se tienen en cuenta los intereses de los involucrados.

- Permite ser flexible en las actividades llevadas a cabo ya que se mide el impacto y no el trabajo en sí.

- La evaluación del impacto social es realizada por entidades autónomas, por lo que es más transparente el proceso.

Asimismo, entre los desafíos a enfrentar que tienen los BIS es su falta de visibilización y conocimiento sobre su existencia, y que la implementación de los mismos puede no encajar con el marco legal de muchos países.

En muchos casos, incluso, los Estados se encuentran obstaculizados ya que deben firmar contratos y comprometerse a pagar un monto al cumplirse con la meta, cuando quizás el gobierno de turno ha finalizado o incluso sienten temor a subutilizar el presupuesto que se le ha sido asignado, entre otros.

¿Y tú ya conocías los bonos de impacto social?

Fuentes: BBC , CEPAL