Según un decreto oficial establecido por la ONU se considera que la comida es un bien escaso, sobre todo en aquellos países donde los índices de pobreza van en aumento cada día.

Si partimos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que tiene como premisa mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo, uno de los objetivos es reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en las cadenas de producción y suministro.

Ahora bien, cabe preguntarnos si esto está poniéndose en práctica dado que los resultados años tras años aumentan y dan como resultado más desigualdad.

Todos somos responsables del derroche de alimentos

Urge la necesidad de adaptar estos mecanismos de cambio a los Objetivos de Desarrollo y hallar nuevas alternativas con el apoyo y compromiso de líderes, entidades y organizaciones.

Al menos 811 millones de personas no pueden cubrir esta necesidad básica y, sin dudas, se convierte en una situación que se agrava cada vez más por la crisis económica que atraviesan diversos países.

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En ese sentido, es importante destacar que la estimación más amplia y aproximada sobre el desperdicio de alimentos en Argentina fue realizada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación en 2015.

El informe titulado bajo el nombre: “Primer ejercicio de estimación de pérdidas y desperdicio de alimentos” arroja que cada año 16 millones de toneladas de comida no llegan a ser consumidos por las personas y, por ende, se descartan. En definitiva, la cifra corresponde al 12,5 por ciento de la producción agroalimentaria nacional.

¿tomaremos conciencia si consideramos los estudios realizados?

Por otro lado, Desperdicios recolectó datos del 41 por ciento de los supermercados del país.

En base a ello, estimó que la categorías de frescos, perecederos y almacén asciende anualmente a 123.434 toneladas. Además, anunciaron que el 82 por ciento son sólidos y el 18 por ciento restante, líquidos.

Cabe subrayar que se desperdician 17.275 toneladas en productos secos, 14.306 toneladas de galletitas, golosinas y mermeladas.

Y presta atención a lo siguiente, develan que se tiran 21 mil toneladas de carne y 12.563 toneladas de lácteos. Es importante hacer hincapié en estos datos dado que pertenecen a la industria que más predomina y más consumo posee.

Así mismo analizando las ventas, el rubro almacén, se ubica con el 12,5 por ciento del total en mermas, seguido por lácteos (9,8), bebidas (6,0) y frutas y verduras (5,3). Allí se encuentran el pollo, bananas, carne vacuna, tomate redondo, lácteos, acelga, papas, lechugas y zanahorias.

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Al mismo tiempo, tomando como referencia el Tablero de Sustentabilidad y Mermas en el marco de la Plataforma #SinDesperdicio, elaborado en forma conjunta entre la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de Nación, la FAO y diversidad entidades del sector privado arrojan datos más que contundentes.

Según dan a conocer, allí se midieron 58.400 productos en 803 locales de todo el país en las principales categorías de consumo masivo.

A raíz de ello, se estimó un desperdicio de 65.440 toneladas de comida en 2021, que equivale al 1,8 por ciento de las ventas en los canales de consumo masivo.

¿Te gustaría saber cuáles son las zonas de Argentina que más desechos ocasionan?

Las investigaciones arrojaron que casi la mitad de la comida que se desperdicia corresponde a la provincia de Buenos Aires, luego la sigue la Ciudad de Buenos Aires y en tercer lugar Córdoba.

Así pues, la principal categoría es frutas, verduras, productos frescos, lácteos, productos refrigerados, fiambrería y otros artículos de almacén.

"El sector del retail tiene una enorme oportunidad para trabajar en el círculo virtuoso de la prevención de las pérdidas y desperdicios de alimentos. Por ejemplo, con la implementación de estrategias y acciones para trabajar en el rescate o recupero de alimentos saludables a partir de mejoras en la infraestructura logística necesaria para la facilitación de la recuperación como de la donación", señala el informe del Tablero.

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Para concluir, como comunidad que inspira el cambio, nos gustaría hacer un llamado a la acción y reflexionar en torno a la problemática del hambre.

No debemos olvidar que, en un contexto de pérdida y desperdicio alimentario continuo, miles de personas no tienen acceso a una alimentación saludable. Día a día se pierden toneladas de alimentos, por esa razón es fundamental reducirlo.

Las autoridades nacionales, locales, empresas y particulares tendrían que establecer propuestas para lograr sistemas alimentarios con capacidad de resiliencia y reutilización.

Lo que hoy dejamos fuera de nuestro plato podría ser lo que le falta a un niño que vive a metros de nuestro hogar. Seamos más honestos y empáticos. ¡Es hora de respetar a la naturaleza y solidarizarnos con quienes menos oportunidades tienen!