La activista climática adolescente Greta Thunberg fue revelada como la estrella de la portada del primer número de Vogue Escandinavia. En la portada se muestra a Thunberg con una gabardina reciclada y sentada con un caballo en un bosque de las afueras de Estocolmo.

"Para este primer número, me siento increíblemente orgullosa de presentar a Greta Thunberg en la portada", afirma la redactora jefe de la revista, Martina Bonnier, en la carta de presentación de la edición.

Además agregó "no solo es una figura escandinava singular y una fuerza de cambio, sino que también encarna el amor por la naturaleza, la búsqueda de la sostenibilidad y la intrepidez sin tapujos que está en el centro de nuestra visión".

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Thunberg acaparó por primera vez la atención mundial en 2018 cuando faltó a la escuela a los 15 años para protestar frente al Parlamento de Suecia, exigiendo al gobierno que redujera sus emisiones de carbono.

Poco después catalizó un movimiento de huelgas climáticas juveniles. Ahora, a sus 18 años, Thunberg es una de las activistas medioambientales más visibles del mundo.

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la industria de la moda es una de las fuentes de contaminación más grandes del mundo

Aprovechando que estaba figurando en la portada de uno de los íconos de la industria de la moda y la alta costura, Greta criticó a la industria de la moda por ser uno de los productores de contaminación más grandes del mundo: “No se puede producir moda en masa ni consumir de forma “sostenible” tal y como está configurado el mundo hoy en día. Esa es una de las muchas razones por las que necesitaremos un cambio de sistema."

La activista ha señalado en más de una ocasión que son los excesos de las distintas industrias del mundo las que nos han llevado a un punto en el que no parece haber vuelta atrás. Es por esto mismo que Greta ha tenido que llevar una vida de lo más particular y austera: la activista es criticada constantemente por intentar “chantajear emocionalmente” a las personas.

También denunció a la industria por el "greenwashing", o promoción de una imagen de conciencia ecológica sin hacer un cambio significativo, con gestos simbólicos y ambiguos en relación con la sostenibilidad.

"Muchos hacen parecer que la industria de la moda está empezando a asumir su responsabilidad, gastando cantidades de fantasía en campañas que se presentan como sostenibles, éticas, verdes, neutrales con respecto al clima o justas", escribió en Twitter. "Pero seamos claros: esto casi nunca es otra cosa que puro maquillaje verde" .

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Fuente: upsocl.com