Las orcas, también conocidas como ballenas asesinas, parecen querer hacer cada vez más justicia a su nombre. El pasado 17 de mayo una manada de orcas atacó una embarcación en el Estrecho de Gibraltar. Y no es la primera vez: científicos sospechan que se trata de la tercera embarcación que esta subpoblación de orcas mete en apuros desde mayo de 2020, cuando una orca hembra sufrió un encuentro traumático con una embarcación.

Además, según se ha observado, las ballenas muestran patrones de comportamiento similares: muerden, doblan y rompen los timones de los veleros. Expertos no encuentran una explicación sobre cómo aprendieron a imitar este comportamiento, ni por qué. Sin embargo, existen varias teorías.

[También te puede interesar: Impresionante video capta el momento en que un tiburón blanco es devorado por un grupo de orcas.]

¿Una moda pasajera?

El profesor Luke Rendell, que investiga el aprendizaje, el comportamiento y la comunicación de los mamíferos marinos en la Universidad de St Andrews, contó a la revista Live Science que no hay evidencias de que se trate de un comportamiento adaptativo. Como comportamiento adaptativo se describen aquellos que confieren un beneficio evolutivo directo al ayudar al animal a encontrar comida, aparearse o criar con éxito.

Según el experto se trataría más bien de una moda temporal, como se ha visto con otros comportamientos como "como llevar salmones muertos en la cabeza hasta imitar vocalmente a los leones marinos".

shutterstock 207229708

Se sabe que las orcas son altamente inteligentes y se ha demostrado que son capaces de enseñarse comportamientos mutuamente. Por eso, muchos investigadores asumen que este comportamiento puede haber empezado de forma individual y haberse expandido en el grupo más adelante.

Reacción ante amenaza

Un informe publicado en la revista Marine Mammal Science, pone sobre la mesa que aparte de "algún incidente aversivo puntual" que pudo haber desencadenado estos comportamientos, también podrían haber influido otros factores como la pérdida de presas o perturbaciones causadas por los barcos. En este caso el comportamiento podría explicarse como un altruismo de autodefensa que las lleva a atacar aquello que representa una amenaza para su hábitat.

La situación pone a las instituciones gubernamentales ante un dilema ético, ya que esta subpoblación de orcas se encuentra en peligro de extinción. Si estos comportamientos continúan, la entidades desarrollarán un plan de acción para detener los sucesos hasta que, quizás, desaparezca esta moda pasajera.

[También te puede interesar: Científicos resuelven el misterio de la "aorta de gorila" en humanos.]