En Noruega, la idea de una planta cementera que no contamine podría hacerse realidad muy pronto. Esa es una gran noticia ya que el cemento, que está por todas partes, es un enemigo silencioso que ataca de forma directa contra la salud de nuestro planeta.

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En varios aspectos, los países nórdicos nos dan el ejemplo de convivencia y libertades, y parece que ahora también en la forma de disminuir la huella de carbono.

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Antecedentes

Noruega se está acercando a la construcción de la primera planta de cemento sin emisión de carbono.

Regularmente, las plantas de cemento no son una vista agradable y la ubicada en Brevik, al sur de Noruega, no es la excepción. Pero eso podría cambiar.

En 2013, la fábrica estableció un objetivo ambicioso: convertirse en la primera planta de cemento con cero emisiones en el mundo. Desde entonces, se han probado varias soluciones, todas ellas utilizando captura y almacenamiento de carbono (CCS), una tecnología pionera en Noruega que consiste en capturar las emisiones de CO2 en la fuente e inyectarlas bajo tierra.

En este proyecto, que eventualmente capturaría el CO2 en sitios industriales en Noruega y luego lo transportaría para almacenamiento bajo el Mar del Norte, contó con el apoyo del gobierno, el cual acordó en mayo de 2018 comprometer otras 80 millones de coronas (NOK) para estudios de ingeniería y diseño en 2018.

Según el CDP, un grupo sin fines de lucro con sede en el Reino Unido, la industria del cemento es el segundo mayor emisor industrial de CO2 después del acero, con más del 6% de las emisiones globales. Si el sector cementero europeo fuera un país, emitiría tanto CO2 como Bélgica.

Sin emisiones de carbono

"El cemento es una industria conservadora", dice Per Brevik, encargado de la sostenibilidad en la planta de Norcem, propiedad de la multinacional alemana HeidelbergCement. Cuando anunció sus planes de CCS, Brevik dijo que recibió llamadas de pánico de Alemania. "Me dijeron estás loco, no puedes hacer esto, es demasiado agresivo", recordó Brevik en una rueda de prensa dada en la planta en octubre de 2018.

Los preparativos ya están en marcha. Norcem Brevik ya se encuentra entre las principales plantas cementeras de Europa en lo que respecta al uso de combustibles alternativos procedentes de residuos. La planta ya ha logrado sustituir el 70% de su uso de combustible con alternativas basadas en residuos, como papel, textiles y plásticos.

En la primera fase, la instalación de CCS capturará solo la mitad de las emisiones de CO2 de la planta, a fin de mantener al mínimo las inversiones y los costos operativos. "Si esto es un éxito, y creo que lo será, comenzaremos a hacer planes para alcanzar el 100%", dice Brevik.


Viabilidad

La viabilidad a largo plazo del proyecto no está garantizada y depende en gran medida de la financiación pública.

En agosto de este año se publicará un último estudio de factibilidad que informará una propuesta del gobierno noruego para invertir en la construcción de la instalación a gran escala. Si el Parlamento lo aprueba, el proyecto entrará en una fase de construcción de tres años.

"La primera planta de cemento del mundo con captura de carbono a gran escala puede estar en funcionamiento a partir de 2024", anuncia Norcem Brevik en su sitio web.


Fuentes:

Euractiv

Business Green